Se trata de uno de los mayores éxitos en el cada vez más escaso terreno que se concede a los debuts de nuevas sagas, uno con cifras de récord en muchos casos superados por el reciente lanzamiento de Destiny. Pero en Ubisoft no tienen bastante: de cara a diseñar su continuación, quieren dar alicientes a los jugadores y no limitarse a pequeños extras y nuevas misiones.
Para empezar, Aiden Pearce podría abandonar el protagonismo del juego. Pero hay más: si parece lógico que el centro de las obsesiones de la compañía sea centrarse en pulir los defectos y fallos de la primera parte, Lionel Raynaud como vicepresidente de Ubi Montreal ha declarado a CVG que “la forma de enfrentarnos a esos fallos va a ser bastante radical”.
De esta manera, Raynaud promete “más opciones para el jugador”, un planteamiento “menos narrativo o conducido por el personaje”, y una mayor creatividad. Para ello, no solo han comenzado a tratar las mejoras con gran celeridad, si no que están analizando el “feedback de los usuarios, las reseñas y el feedback directo de las consolas”.
Aún queda mucho tiempo para saber si estamos ante un auténtico cambio, o meras declaraciones promocionales para mantener ‘caliente’ la marca.