Inafune se anotó un importante tanto al apartarse de Capcom para desarrollar su propio proyecto vía kickstarter.
¿Fin de ciclo? ¿Agotamiento frente a lo que fue tan solo otra moda pasajera?
Algo así podría deducirse a tenor de lo publicado en Gamasutra, que ha puesto cifras a lo que podría ser el desencanto (o agotamiento) ante una forma de financiar proyectos que quedaría así como el sueño de una noche de verano: de los 58 millones de dólares que se habrían invertido en desarrollar proyectos apoyados por los seguidores en 2013, estaríamos en el presente año (a mitad de ejercicio, eso sí) en solo 13,5. Un dato que hace pensar en que por mucho que mejoren las cosas en la segunda mitad del año, no alcanzaríamos cifras ni remotamente similares a las anteriores.
A la hora de explicar las causas, varias son las teorías: que se haya perdido el factor novedad; fracasos conocidos a la hora de materializar algunas propuestas; o sistemas similares en manos de plataformas consolidadas como Steam, y que con su Early Access permite que se vayan viendo —y apoyando— los avances sobre la marcha.
Con el tiempo podrá juzgarse si realmente estamos ante el fin de un ciclo, o si se trata solo de una fase en su consolidación. No puede obviarse que con la acumulación de proyectos cada vez mayor el mercado del crowdfunding podría ser víctima de los mismos males que trataba de eludir huyendo de las formas habituales de producción: acabar prestando atención solo a un grupo reducido de títulos, bien aquellos alumbrados por el azar, bien aquellos respaldados por el peso de su nombre o el de sus responsables.