Hasta un 90% menos de beneficios que el pasado año en el último trimestre. Ese es el desaolador panorama que ofrece la situación contable de Capcom, una de las compañías verdaderamente grandes del videojuego en Japón que podría haberse visto perjudicada en los últimos balances por la falta de explotación este año de sus grandes marcas. No es de extrañar, teniendo en cuenta que la acumulación de un nuevo episodio de Resident Evil y el esperado regreso de Street Fighter en el ejercicio anterior, hacen toda comparación difícil para el actual.
Además, el balance sirve para explicar la situación de Capcom en los meses, dentro de una tendencia que debería resultar muy inquietante al videojuego, y por extensión otras industrias creativas demasiado sometidas a la mercadotecnia: Capcom no sólo tiene en el horizonte un Marvel Vs Capcom 3 para explotar a Street Fighter. Lejos de eso, la conocida saga de lucha también se enfrentará a Namco en Street Fighter X Tekken y hay incluso una revisión anunciada de Street Fighter 3: Third Strike. ¿Abusivo? Quizá no a corto plazo viendo la dependencia de las marcas más potentes que lo hace coherente, pero a medio/largo plazo la propia saga ha demostrado en otros episodios el grado de cansancio al que pueden llegar los usuarios cuando se les vende una y otra vez lo mismo, sin los suficientes incentivos. De hecho, la última entrega de Resident Evil, tirando en exceso de los logros de la cuarta parte, volvía a pedir a gritos una revisión de su planteamiento con la que huir algo de la mecánica repetitiva que resta pulso al concepto de survival-horror.
La respuesta de Capcom, no obstante, no se limita a tirar de Street Fighter a toda costa. No sólo porque también haya anunciado un Resident Evil para 3DS (entre otras apuestas de peso para la portátil de Nintendo, en la que ven a una gran aliada para el futuro) sino porque también han visto dos posibles vías de explotación más, siguiendo eso sí los mismos parámetros: recientemente afirmaron que cualquier nombre clásico que el usuario pudiera pensar, llegaría al App Store del iPhone / iPod Touch. Y algo que ya describíamos como mucho más inquietante esta misma semana: en Capcom afirmaron ni cortos ni perezosos que su objetivo era reducir a la mitad los tiempos de desarrollo para duplicar el catálogo por año. Una fórmula que se antoja simplista y peligrosa para la calidad del producto, en un mercado donde unos pocos meses de desarrollo más o menos pueden hacer tanto para que la factura técnica sea o no la adecuada.