Todavía queda por ver si se cumplen las apuestas y para el próximo verano Oculus VR es una realidad, una que con muchos años de retraso desde sus primeros intentos, nos llevaría a nuestras casas una experiencia de juego que hasta hace poco solo se encontraba al alcance de la ciencia ficción.
Pues bien, llegue o no el sistema en 2015, Oculus VR se ha reforzado con dos adquisiciones tirando del poderío económico que su integración en Facebook le otorga, y que sirve para añadir nuevas prestaciones a un sistema que aparece cada vez más como una opción muy sólida y que obligará a esforzarse a Project Morpheus para igualarla.
La primera de estas adquisiciones es la de Nimble VR, un ingenio mediante el cual nuestro casco de realidad virtual podrá procesar nuestras manos e introducirlas en el juego, prestación muy importante como pone de manifiesto el hecho de que lo primero que hace cualquier jugador tras introducirse en los mundos virtuales de Oculus es mirarse las manos (algo que genera una pequeña frustración puesto que estas no aparecen reproducidas en pantalla).
La de Nimble VR no es la primera propuesta dirigida a suplir esa carencia, y no en vano a mediados de este año ya hablamos de Control VR, si bien aquel sistema articulaba su propuesta por medio de unos guantes que el usuario debía vestir, algo engorroso en comparación con Nimble VR (y que lamentablemente para sus responsables deja a la propuesta de Control VR fuera de la ecuación).
La propuesta de Robert Wang, por el contrario, se basa en una cámara que ubicada en el casco permite posicionar nuestras manos y reproducirlas convenientemente en el juego, algo que hay que esperar que se incorpore en breve a las nuevas versiones de Oculus.
La segunda adquisición es igual o más importante, y se dirige a 13th Lab, que desarrolla entornos de construcción precisa en 3D con el objetivo de incorporarlos posteriormente en el sistema de Oculus VR. Como explican desde Oculus “la habilidad de incorporar modelos en 3D precisos desde el mundo real puede dar lugar a todo tipo de aplicaciones y experiencias, como visitar un modelo a escala real de las pirámides de Egipto o el Coliseo Romano en realidad virtual”.
En GameRant, apuntan incluso a objetivos mayores: la posibilidad de utilizar estos sistemas para practicar o incluso realizar cirugías, objetivos más serios que el de los videojuegos, aun cuando estos experimentarán un salto que los colocará en una categoría muy diferente de la que hemos conocido hasta ahora.