La mascota de Sega, el puercoespín azul que junto a Mario representaba uno de los dos frentes del videojuego a principios de los 90, tiene problemas de identidad desde hace ya varios años. En la compañía japonesa no supieron cómo darle secuelas al nivel de sus primeros títulos, el enfoque 3D no satisfizo a muchos usuarios en demasiadas entregas (alguna más polémica que otra...) y entre tanto Sega no dejaba de anunciar más y más regresos.
Ahora, con Mario en lo más alto gracias a Mario Galaxy 2 y con un doble regreso anunciado para Sonic (el descargable para Wii como forma de enfocar a la vía clásica), en Sega muestran uno de los motivos por los que la cosa hace tiempo que no termina de cuajar: una total carencia de autocrítica. Así, si usuarios, críticos e incluso fans del personaje no están satisfechos con el resultado, no es culpa de los desarrolladores sino de 'las expectativas de los jugadores'. "Es difícil contentar a un tiempo a los fans de los juegos 2D y 3D", afirma Takashi Iizuka, de Sonic Team, en su enrevesada argumentación. Según su modo de ver, ese cruce y las distintas expectativas hacen que muchos no encuentren el juego que buscan, si bien no explican por qué prácticamente ninguno de los dos bloques quedan satisfechos.
En todo caso, para él hay motivos para el optimismo (así como para terminar con sus excusas): la doble entrega de Sonic prevista dará una oportunidad a ambos géneros, nueva ocasión para calibrar a un personaje con serios problemas para estar a la altura de lo que de él se conoció en los tiempos de la Mega Drive.