Watch Dogs es una de esas nuevas marcas que desde el primer momento dejó claro que venía para quedarse: si la industria apenas deja margen para nuevos candidatos, los que lleguen han de hacerlo con una estrategia de amortización a medio o largo plazo (basada en que para competir con las sagas hay que acabar convertida en una).
Lo mismo se plantearon en Activision con Destiny, y la jugada acabó siendo tan fuerte como para funcionar per se su título debut. En ese contexto es fácil pronosticar que las continuaciones apenas son una nueva carátula y escenario con ligeras alteraciones a la hora de hacer exactamente lo mismo, y eso es justo lo que Jonathan Morin pretende evitar.
En una entrevista con GamesTM, Morin explica cómo “tienes que tomar riesgos. No tendría este trabajo si no hubiera riesgo en él, sería aburrido”. Así, aunque parte de los elementos clave de la continuación serán expandir algunas de sus características (un ‘profiler’ avanzado, un multijugador más desarrollado…) tiene en mente nuevas prestaciones que harán de él un juego mucho más completo. La idea es combinar la recuperación de algunas cosas que se quedaron en el tintero y a la incorporación de otras novedades. De esta forma Morin explica que ofrecerá muchas más opciones de juego, aprovechando que hay “espacio para la mejora”.
Queda por ver hasta qué punto son ciertas sus explicaciones y Watch Dogs es algo más que una simple continuación, o si nos encontramos ante la enésima muestra de declaraciones que buscan vencer el escepticismo de los compradores con promesas que se repiten ante cada una de las nuevas entregas.