Apenas dos años atrás los anuncios de proyectos de consola Android se sucedían, y cabe pensar que muchos de ellos siguen en desarrollo a pesar de que se haya minimizado la atención del sector por ellos. Lo que quedó apenas en el sueño de una noche de verano, en su momento parecía resolver varios problemas y resolverlos a la vez: juegos de móvil que podían conectarse a la televisión, catálogos variados que se podían jugar en cualquier lugar, precios asequibles…
Sin embargo la decepción que encabezó Ouya, principalmente causada por un pobre catálogo sin el suficiente filtro y con pocos atractivos frente a la solidez de las consolas tradicionales, hizo que se perdiera el interés en una vía que, con Android como sistema operativo generalizado, había cedido su puesto a otros focos de interés (véase la realidad virtual: ahora todos quieren su propio casco).
Pues bien, no solo queda como esperanza que en Valve puedan hacer algo con sus Steam Machines (ahí su alianza con HTC para desarrollar su sistema de realidad virtual puede servir para interpretar que tampoco parecen ya tan interesados), sino que en Nvidia insisten en una consola Nvidia Shield que con su sistema de suscripción Grid se haga con una buena base de usuarios.
Sin fecha de salida para el nuevo sistema, sí hay un precio de 200 dólares que incluirá un mando de juego, y la promesa de unas prestaciones técnicas que harán que sus juegos no tengan nada que ver con los fiascos de anteriores tentativas Android: el Nvidia’s Tegra X1 Super Chip alimentará grandes versiones de juegos como los anunciados Borderlands: The Pre-Sequel, The Talos Principle, y la versión para Android de Crysis 3. ¿Lograrán en esta ocasión seducir a los videojugadores? El tiempo —y las prestaciones de la máquina— dirá.