Nada menos que doce años nos separan desde la creación del ya mítico Starcraft, un título que sin revolucionar el género de los ETR si consiguió lograr un equilibrio en su parte jugable que lo ha hecho perdurar a lo largo de todos estos años. Como “casi todo el mundo sabe” el modo historia del primer Starcraft presentaba una campaña donde pasábamos a controlar a los Terrans, los Zerg y los Protoss. Controlar a cada raza era como pasar de la noche al día, dadas las diferencias entre sus habilidades o armamento, exigiéndonos nuevas tácticas, modos de ataque, etcétera. En definitiva nos obligaba a conocerlas al dedillo si queríamos triunfar frente a las otras dos.
Este equilibrio ha conseguido que durante todo este tiempo el juego en red y a través de internet haya seguido conquistando a los jugadores, organizándose torneos por todo el mundo con especial repercusión en Corea, donde Starcraft casi se ha convertido en una religión.
La campaña
Desde nuestra nave, iniciaremos nuestra pequeña revolución realizando misiones. Estas servirán inicialmente para conseguir aliados como la doctora, el científico del laboratorio, así como acceso a nuevas clases de soldados o vehículos para luego afrontar empresas más importantes. Un detalle que nos ha parecido un acierto, y que ya puede verse en otros juegos como Dawn Of War 2, es la posibilidad de poder realizar las misiones en el orden que deseemos. Siempre claro está, dentro de un pequeño abanico de opciones que mantenga la coherencia dentro de los acontecimientos de la historia que nos acompaña. Sin duda el argumento es una de las partes más cuidadas (aunque viendo el conjunto es muy difícil sacarle algún defecto) gracias al trabajo en los diálogos, la fuerte personalidad de los protagonistas y la seriedad y tensión que se logra dar a la misión que tenemos por delante.
Como ya hemos comentado, no poder controlar las otras razas en la campaña no ha mermado su duración en absoluto, de echo supera fácilmente la duración del primero incluyendo 25 misiones más una secreta que habrá que descubrir para disfrutarla. Lejos de clonar el desarrollo cambiando el escenario, en Blizzard han diseñado misiones de lo más variadas, con situaciones novedosas como una en la que solo podremos atacar durante el día y tendremos que volver a defender la base durante la noche. Este es solo un pequeño ejemplo del mimo y cuidado que se ha puesto en el desarrollo de las misiones, pudiendo completarlas hasta en 5 niveles de dificultad diferentes. No obstante, no será necesario culminar con éxito todas las que no se vinculen a la historia principal, pero si resulta casi imprescindible si queremos conseguir dinero y extras con los que mejorar nuestras tropas y equipamiento.
Para recompensar al jugador e incitarnos a mejorar, se han incorporado logros, similares a los existentes en Xbox Live. Cumpliendo los requisitos exigidos (hacer una misión en un nivel de dificultad, en un tiempo determinado, etc…) iremos acumulando dichas recompensas. Este sistema de logros conseguirá “picarnos” para mejorar las puntuaciones, ya que podemos repetir de nuevo la fase en cualquier nivel de dificultad.