Nada menos que doce años nos separan desde la creación del ya mítico Starcraft, un título que sin revolucionar el género de los ETR si consiguió lograr un equilibrio en su parte jugable que lo ha hecho perdurar a lo largo de todos estos años. Como “casi todo el mundo sabe” el modo historia del primer Starcraft presentaba una campaña donde pasábamos a controlar a los Terrans, los Zerg y los Protoss. Controlar a cada raza era como pasar de la noche al día, dadas las diferencias entre sus habilidades o armamento, exigiéndonos nuevas tácticas, modos de ataque, etcétera. En definitiva nos obligaba a conocerlas al dedillo si queríamos triunfar frente a las otras dos.
Este equilibrio ha conseguido que durante todo este tiempo el juego en red y a través de internet haya seguido conquistando a los jugadores, organizándose torneos por todo el mundo con especial repercusión en Corea, donde Starcraft casi se ha convertido en una religión.
Para que los recién llegados no se den de bruces con los veteranos se han creado las ligas de clasificación. Inicialmente practicaremos unas cuantas partidas, después nos enfrentaremos a retos más complicados y en función de nuestros resultados se nos aconsejará la liga que resulte adecuada a nuestro nivel como jugador. Otra forma de progresar será intentar aprender a utilizar cuanto antes las teclas de acceso rápido y estudiar las repeticiones de las partidas, aprendiendo de los maestros la mejor forma de utilizar nuestro ejército.
Gráficamente, y a pesar de lo bien acostumbrados que nos tiene Blizzard en este aspecto, no dejamos de asombrarnos con las cinemáticas, tan cuidadas y emocionantes como siempre, con una realización técnica impecable. Durante la partida al usar un nuevo motor 3D se puede apreciar mucho mejor el gran trabajo en todas las unidades, tanto en las nuevas como en las que han sido remodeladas. Técnicamente Starcraft 2 es un portento, mostrando unas texturas muy detalladas, decenas de unidades en pantalla, efectos de fuego, explosiones, lásers, todo sin que nuestro equipo se resienta al tratarse de un motor muy optimizado. Obviamente tendremos que cumplir los requisitos necesarios, pero la optimización para adaptarse al mayor número de equipos posible es más que evidente, permitiendo modificar los parámetros habituales.
Gran parte de la inmersión que sentimos jugando a Starcraft2 es gracias al excelente trabajo de sonido. El doblaje al castellano es totalmente profesional, cuidado y muy variado, tanto en los personajes principales como en las unidades de combate. Los brillantes efectos de sonido y la banda sonora no hacen sino redondear un trabajo por el que realmente ha merecido la pena esperar.