Una bruja mala se hace con el reinado de los Cimmerios y destruye la ciudad y todo el ejército de los Vikingos. Nosotros, como últimos supervivientes vikingos tendremos que rearmar el ejército y destruir a la bruja. ¿Poca novedad? Pues sí, y por si fuera poco lo primero que tendremos que hacer es recolectar madera y piedra para construir casas, crear trabajadores y recolectores, construir torres de vigilancia y empalizadas de defensa y un ejercito… de que me suena esto…
La verdad es que la originalidad no es lo fuerte de este juego, para que nos vamos a engañar. Si fuera por eso el juego tendría un 40 de nota o menos. Pero pese a ello, la nota va por el doble. Por su falta de originalidad, no se le puede masacrar directamente, si fuera una copia exacta de Warcraft pues sí, pero es que Starcraft también era poco original ¿no?
Aquí se trata de que nos encontramos con un juego de estrategia en tiempo real y que por ello tiene que cumplir con ciertos requisitos, aportar alguna novedad en el desarrollo de la acción y tener unos gráficos aceptables. Pues bien, Besieger cumple las tres premisas: es un juego de estrategia en tiempo real en toda regla, aporta dos o tres novedades o mejoras al género y cumple con creces en la calidad gráfica. A este respecto ¿qué más se le puede pedir para pasar un buen rato?
Lo más destacado de entre las mejoras y novedades está la completa libertad de cámara que, por fin, y ya era hora, permite tener desde una vista cenital (como si estuviéramos en un globo) completa o bien meternos de lleno en la acción. Podremos rotar en cualquier dirección o centrarnos en el personaje que queramos. Esto permite disfrutar de las magníficas vistas de las montañas, bosques y esa magnífica puesta o salida del sol con el mar al fondo. Y se ven tanto las puestas y las salidas de sol porque el tiempo corre: tan pronto estaremos atacando una fortaleza por la mañana como ser conscientes del paso de 3 días en la contienda.
Los gráficos son muy detallados tanto en el terreno como en las unidades, aunque los colores resultan un tanto chillones y los modelos de los personajes demasiado cuadrados (todos parecen enanos), lo cual da poco realismo visual.
La acción por su parte es muy fluida, cuenta con una gran IA de las unidades, cosa que se nota en la casi nula existencia de rodeos o vueltas tontas de los recolectores o en la fluidez y acción en las batallas con bastantes unidades o asedios a fortalezas. También debemos decir que viene con un buen apartado multijugador (algo ya habitual en estos juegos) y en el que podemos configurar todo tipo de batallas, escaramuzas o partidas.
En resumen, esta vez no hay nada nuevo bajo el sol pero, en este caso, tenemos entre manos un juego de gran calidad y que cumple con su cometido: estrategia, acción y diversión durante bastante tiempo. Vale la pena jugarlo, aunque no pase a la historia como un referente.