Considerado como uno de los videojuegos más realistas que recrean un deporte, John Madden no es particularmente reconocido en nuestro país al basarse en uno poco seguido como es el fútbol americano. No obstante, con su seguimiento al otro lado del charco, es normal que el juego de EA sí sea un lanzamiento importante y que dé para amplificar noticias curiosas como la que nos ocupa.
Al parecer, desde que John Madden abandonó la carátula del juego que lleva su nombre (lugar que ocupó durante los 10 primeros años de la saga), cada uno de los jugadores que ha ido tomando su relevo ha caído en desgracia de una u otra manera. Según los supersticiosos que defienden esta teoría, el último caso, de Drew Bees, viene a reafirmar la maldición con malos partidos tras la puesta a la venta del juego. Tanto es así, que al propio deportista se le preguntó al respecto: "hay mucha gente hablando de ello, y eso hace que se le dé demasiada atención".
La historia se remonta a Garrison Hearst, primero en reemplazar a Madden. Tras un año fantástico responsable de que ocupara la carátula, vino una rotura de tobillo, un año en el dique seco... y nunca fue el mismo. Otra lesión para Green Bay o una pifia en los playoffs para Eddie George, son otros momentos recordados por los americanos que tocan madera al hablar del tema.
Curiosamente, el tema de las maldiciones para personajes que ocuparon portadas no es nuevo y tiene un precedente muy antiguo en nuestro país. Petrovic y Fernando Martín fueron de los primeros jugadores en prestar su imagen a un videojuego español (en los 80 de los ordenadores de 8 bits), y ambos resultaron malogrados en accidentes de automóvil.