A millones de años luz en el sistema estelar theophilus, un demonio amenazó a la humanidad en exclusiva por x-box. Ajusticiado por “sho” el equilibrio parecía recuperado. Pero era sólo el principio. Dos años después, una segunda parte de la que analizamos la version ps2, nos devuelve a guerras imaginarias de un futuro espacial.
Aspectos técnicos
Con su mecánica de lucha que recuerda en los combates vistosos al Devil May Cry y en el moldeado de personajes a Final Fantasy, dispondremos de una suerte de larga espada, un arma de fuego corta pero contundente y otra rápida pero menos eficaz. Cada una apropiada para distintas situaciones, y siempre mejorables según administremos los citados ‘origin’. Con estas y el repertorio de enemigos, el espectáculo en las luchas es patente, llamando la atención que desde muy pronto, al no racanear en intensidad desde el mismo inicio, podamos encontrarnos con ‘final bosses’ de impresión. Observar a las primeras de cambio una especie de tortuga descomunal que ocupa más de lo que da la pantalla obliga a reaccionar para aniquilarla en vez de con-templar el despliegue gráfico.
Aparte de todos esos enemigos trabajados que van apareciendo progresivamente –algunos en masa–, la movilidad y ligereza de la cámara que podremos controlar cuando la situación lo requiera muestra exhibiciones de luces en los disparos y golpes que se producen con una solvencia pocas veces vista en Ps2.
Este será uno de los grandes alicientes en las luchas que podríamos llamar ‘accesorias’ y que se producen en el curso de la misión. Golpear a los multiples enemigos que nos invaden mientras avanzamos hacia el cumplimiento de un objetivo, es entretenido fundamentalmente por el espectáculo de luces, fx brillantes, y largos combos que cada 30 nos regalan con explosiones y mayor contundencia en nuestros ataques. Saber que progresivamente y mientras nos dedicamos a ello, vamos aumentando nuestra potencia da mayor ritmo a cada una de sus estancias por lo que conlleva para siguientes niveles.
Mientras lo amplio del juego y su plan-teamiento obliga a decorados algo sobrios con obligadas recurrencias, estos sí se recrean dando el aspecto de detalle y acabado del que en general hace gala Crimson Sea.
La banda sonora, aparte de los citados efectos de sonido que destacan y contribuyen en el fragor de la batalla, se muestra contenida y puntualmente contribuye a la atmósfera futurista que destila el CD desde su mismo inicio. El universo en guerra, el componente místico argumental, se palpan en el ambiente y dejan sabor en nuestro avance, algo que desde luego no está al alcance de muchos.
Como detalles adicionales, un segundo personaje femenino que tras aparecer en el desenlace de una determinada fase, será manejable dando variedad en el protagonismo (aunque su manejo sea sustancialmente idéntico); el manejo de los controles se aprenderá en un tutorial dispuesto de forma independiente al juego, con lo que es preferible tener unas nociones básicas antes que lanzarse a la aventura; y como opción final, 3 modos de multiplayer que superadas las molestias de la disputa a pantalla partida, sirven para combatir en dos jugadores en modos co-op, versus y competición.