Mientras algunas compañías como EA y Capcom lo dan todo tratando de buscar una forma moderna de arreglar sus cuentas, otras como Activision ya advertían que no veían claro el negocio. El modelo de videojuegos descargables de iPhone fascina y asusta por partes iguales, unos lo consideran el futuro y la forma de acercar mejor juegos a jugadores, otros el mayor exponente de una casualización en que los videojuegos son cada vez herramientas de entretenimiento más simples, hechas para perder unos minutos y a bajo (o ningún) coste.
Jon Hare, el creador entre otros títulos clásicos del mítico Sensible Soccer, lo explica de forma muy gráfica aprovechando la noticia de que va a republicar Speedball 2 para el teléfono de Cupertino: "por cada Angry Birds triunfando en el mercado, hay 999 juegos cayendo en el vacío [...], esa proporción puede estar bien para novatos sin nada que perder, pero es un gran problema para programadores veteranos y arriesgan más".
De esta forma, cogiendo como ejemplo a uno de los programas que más éxito han tenido en la plataforma y remarcando la enorme cantidad de títulos que caen en el olvido y la imposibilidad de cobrar con ellos cuando se enfrentan a la gratuidad de muchas alternativas, Hare explica que es imposible tomar riesgos e invertir en nuevos desarrollos complejos, dentro de la llamada casualización antes mencionada. "Hoy día, hacer buenos juegos parece la parte fácil, lograr que alguien se haga con ellos es lo difícil", explica tras detallar cómo lo que podía haber sido un sistema para devolver algo de la autoría de los viejos tiempos se ha convertido en un mecanismo endiablado, que limita mucho las opciones de éxito.