¿Te gusta warhammer, ese magnífico juego de rol de tablero? Perfecto… ¿que no te gusta? ¡pues también perfecto! Esto es así porque tenemos ante nosotros un gran título de estrategia en tiempo real cuyo árbol genealógico completo es el siguiente: nieto de Dune II, hijo de Warcraft, sobrino de Starcraft y hermano de Ground Control II. Qué más puede decirse...
Por el tipo de juegos con los que lo relacionamos supongo que habréis captado que no se trata de que represente al dedillo el desarrollo de una partida de Warhammer en toda regla, de esas que se tiran los entusiastas con sus amigos 12 horas en la mesa del comedor, con todas las figuritas pintadas desperdigadas por el escenario de 3x4m que pone de los nervios a sus respectivas madres. En realidad es un juego de estrategia en tiempo real “ambientado” en el universo Warhammer. Es decir que ni es a turnos ni nada por el estilo: es cien por cien en tiempo real, con sus escenarios en 3D, ejércitos con variadas unidades, territorios que conquistar, recursos que gestionar, etc.
Y es que un juego por turnos de Warhammer ya salió a la venta hace un par de años (¿o fue el año pasado?...) y, evidentemente, por su estricta aplicación en cuanto a las reglas y el modo de funcionamiento, no llegó al gran público sino, sobre todo, a los más fervientes seguidores de la saga. Así que, siguiendo la estrategia que utiliza, por ejemplo, Lucasfilm con Star Wars, haciendo juegos de cualquier tipo y género ambientados en el universo Jedi, se han puesto manos a la obra y aquí tenemos este flamante representante de la estrategia en tiempo real. Esperemos que así Warhammer 40.000 llegue a todos, incluso a los que no son jugadores de rol.
Sobre la ambientación decir que es excepcional, ya que absolutamente todas las unidades, estructuras, edificaciones y personajes que podremos comandar en el juego son únicamente las que encontramos en el juego oficial de Warhammer 40.000, no hay ninguna inventada o realizada ex profeso para la ocasión. Games Workshop, empresa creadora de Warhammer, ha supervisado el proyecto de cabo a rabo. A todo esto y, pese a “perder” la fidelidad en el sistema de partida (por turnos) del original, si que se ha introducido una herramienta de edición de unidades con la que podemos “pintar las figuritas” tal como hacemos en la realidad. Es un punto muy bueno que permite per-sonalizar nuestro ejército y que acerca el juego de PC al del tablero de casa.
En cuanto a las tropas disponibles veremos que existen hasta cuatro facciones entre las que elegir como es habitual: los Marines Espaciales o Blood Ravens, los Eldar, las Fuerza del Caos o Marines Espaciales renegados y (¡sorpresa!) los Orcos. Y vosotros diréis… ¿Orcos en el universo de Milenio 41 en Warhammer 40.000? Pues sí, además de poder ser todo posible en ese inmenso universo de un millón de planetas, resulta que Warhammer 40.000 es una “adaptación” a un futuro muy tecnológico de su antecesor Warhammer y del resto de juegos de rol tipo D&D (Dungenos & Dragons). Por lo tanto es comprensible que se hayan tomado esta pequeña “licencia”, cosa que, vista la magnífica intro que acompaña el juego y, vistas sus batallas campales de 200 y pico unidades a hachazo limpio, nos encanta.
Hablando de batallas campales, hay que decir que el apartado gráfico es sublime y magnífico, todo a la vez. Tanto el detalle de las unidades a zoom máximo (nos podemos acercar hasta estar cara a cara con ese orco tan feo de la coleta y el hacha), como los escenarios o edificaciones, están hechas con un esmero digno de reseñar. Pensad que podemos “pintar” cualquier parte del cuerpo de un guerrero Orco o cualquier pieza de un tanque de plasma… Y por no hablar de los espectaculares y resplandecientes efectos especiales en las explosiones, disparos, lásers, efectos de niebla, lluvia o humo… todo un deleite para la vista que no tiene nada que envidiar a juegos como Unreal Tournament 2004.