Un presidiario sufre un accidente de autobús en el pueblo equivocado. A partir de ahí, Murphy, nombre del susodicho -y sin ninguna relación con los protagonistas previos de Silent Hill- tiene que enfrentarse a una de esas aventuras que le habría hecho preferir su apacible destino en prisión.
Desarrollado por el estudio checo Vatra Games, esta nueva entrega se desarrollará con un especial protagonismo del agua y la humedad, que marcará diversas estancias en que, cómo no, personajes deformes nos acecharán. En principio todo lo veremos con una cámara prefijada, pero podremos cambiar con la intención de que ese cambio nos muestre imágenes que nos pongan los pelos de punta.
Prosiguiendo en la tradicional debilidad de muchos de nuestros protagonistas, a pesar de que Murphy podría hacerse con armas en diversos momentos, estas tendrán una duración limitada y con ella comprobaremos las escasas dotes para la lucha de nuestro protagonista. Una lástima teniendo en cuenta todo lo que le queda por vivir... o no.
Hay una última, pero a la vista está que no menos importante, cualidad de este Silent Hill que lo convierte en un título especial: podemos estar ante el título con un mayor mapeado, incluyendo un metro para movernos entre zonas. A pesar de eso, no se hará uso de estancias incluidas en anteriores títulos, sino que nos enfrentaremos a escenarios nuevos en un juego cuya extensión se calcula nos brindará unas 10 horas de duración.