Si recientemente explicábamos cómo la productora Weinstein Company (ver noticia) había informado de sus intenciones de dar el salto al mundo de las consolas para explotar sus propias licencias, ahora nos encontramos ante otro caso de un representante de un sector ajeno al videojuego que busca en este una vía para mejorar sus cuentas.
Así, el acuerdo suscrito entre Random House (editorial parte de Bertelsmann) y THQ persigue que ambas compañías exploten sus respectivas licencias dando desde novelas gráficas a libros digitales pasando por videojuegos de libros y libros convencionales de videojuegos. Concienciadas ambas de que la idea debe desarrollarse con dedicación (la intención no es publicar ni hacer juegos de la noche a la mañana sino fijar un plazo razonable de en torno a los 18 meses por producto), los principales videojuegos tendrán su libro para aprovechar su potente campaña de marketing, en tanto que los libros que hayan funcionado lo suficientemente bien, llegarán a videojuego. Como ejemplo de rentabilidad en esta dirección, inevitable la cita a Harry Potter, que no obstante en su salto a consolas esperó a la alianza con el cine por seguir siendo el trasvase libro-videojuego un camino poco natural.
A pesar del anuncio y de las expectativas de ambas compañías, la descripción de intenciones se hace con relativa frialdad y consciencia de que los resultados serán puntuales y en general no supondrán cifras de vértigo. Pero marcan en todo caso un punto adicional en la sinergia entre compañías para explotar todo aquello que pueda ser rentable.