Es probablemente la guinda para la saga de Konami, y para un sector dentro de los videojuegos que en su evolución nos había ofrecido perlas de todo tipo.
Esta, que se ha hecho de rogar, va a durar mucho tiempo en el interior de una PS2 con más argumentos que nunca para salir victoriosa.
Imperdonable no tener este juego.
Ha sido una espera larga y en ocasiones difícil de soportar. La tentación de despreciar el potencial tecnológico de la PS2 y acabar recurriendo a la versión PSX que con su llegada provocó la enésima revolución futbolística en el videojuego, ha sido una constante que se agravaba con la existencia de un ISS mediocre en cuanto jugabilidad, muy por debajo de lo que los seguidores de esta saga estaban acostumbrados en la división de Sony.
Pero finalmente ha llegado el día, y la versión de KCET que comentamos -como dijimos en su avance-, ha sabido dar el entorno gráfico ideal al sistema de juego que asombró a propios y extraños con su perfecta mezcla de simulación y arcade, que construía partidos de tramas tan reales que hacían del programa el lugar perfecto para que los amantes del fútbol vivieran en carne propia todas las emociones de este apasionante deporte.
Desde la introducción del CD de PRO EVOLUTION en la consola, todo es una invitación para soñar. Una intro emotiva y embriagadora, repleta de intensas imágenes de fútbol "filmadas" con rápidos movimientos de cámara que se alternan con un niño -como nos sentiremos en breve- haciendo toques con un balón, se acompaña de una sobrecogedora banda sonora para construir la apertura que nos para el corazón hasta el momento del inicio partido, escasos -pero largos- segundos después.
La salida de los jugadores al campo, sea como equipos de club o selecciones nacionales (con la licencia FIFPRO que sólo permite utilizar los nombres reales de jugadores europeos: ni tan siquiera los de los clubs) es la confirmación de que ha llegado el momento grande para todos los seguidores del ISS, que emocionados contemplarán un impactante estadio por el que nuestros futbolistas salen a ritmo de música celestial. Los efectos de luz, los vítores del público, los gestos de medida arrogancia de los jugadores... TODO va preparándose para absorbernos, y ni el aspecto táctico es suficiente reclamo para alterar el curso de los acontecimientos para hacer algunos cambios, ya que lo que es imprescindible de verdad, es empezar a tocar el balón y ver de que es capaz esta maravilla del videojuego.
El juego
Un apartado gráfico superior - de una resolución mucho mayor a la fabulosa entrega de 32 bits- que repercute en el detallismo necesario para hacer de la experiencia un gozo visual, se une a un completo repertorio de animaciones perfeccionadas para que el movimiento de nuestros jugadores nos haga olvidar su composición poligonal para centrarnos en la idea de que estamos ante todo un partido de fútbol.
Estas cuestiones técnicas, se reflejan también en las aproximaciones de cámara, momentos en que sin llegar al derroche detallista de Esto es Futbol, si apreciamos a un buen número de caras conocidas de una manera más que correcta.
Centrándonos en lo importante, el sistema del ISS PRO EVOLUTION (de PSX) sufre alteraciones mínimas, algunas propias del nuevo motor gráfico (ligero cambio de plano que abarca más) y otras de reajuste de planteamiento. El portero ha perdido parte de sus poderes sobrehumanos y es más asequible alcanzada el área, complejo objetivo que precisa de variados toques de balón, esporádicas intervenciones de individualidades -generalmente poco efectivas- que se basan en mucho movimiento medido, controlar la velocidad para evitar que el balón se aleje excesivamente de nuestros pies (la definición exige dejar de correr) y cubrir el esférico ante las embestidas de los jugadores rivales.
El aspecto táctico -la distribución de los jugadores en el área- se refleja en una mayor elaboración de jugadas allá donde haya más sobrecarga de miembros del equipo rival: la necesidad de tocarla atrás, buscar el pase corto o el largo para el cambio de juego, moverse para descolocar a algún jugador... todo en una precisa coreografía cuyos medidos movimientos se hacen dignos de aplauso incluso cuando reflejan torpes y aburridas jugadas infructuosas. El fútbol, no siempre es divertido.
Pero aprisionados en una telaraña de rivales de juego sucio (por más que los árbitros son poco condescendientes con según que entradas, y sacan la tarjeta roja con especial ligereza), el partido abocado al cero-cero puede de pronto dar un giro inesperado, el vuelco de uno u otro equipo ante una jugada de peligro -consumado o no- puede enloquecer el guión con la misma naturalidad que sucede en los partidos de carne y hueso, y ahí, el resultado puede ser de lo más variado y, especialmente, apasionante.
En cualquier caso, cuando un juego consigue que un partido sea grande independientemente de los goles -por lo que nos ha apasionado la búsqueda de un hueco, el momento en que hemos logrado superar a la defensa y en medio de una intensa emoción nerviosa, hemos errado en el lanzamiento...- es que ese juego lo ha conseguido todo...
o casi todo... el doblaje parece el propio de la afortunadamente extinta saga del PC FUTBOL, con errores serios a la hora de fijar que frase pronunciar, defecto unido a un repertorio escaso que se repite hasta la saciedad (salvo por el segundo comentarista, que parece tener sólo dos intervenciones y debe pasar durmiendo el resto del encuentro) y donde tan pronto se menciona "el sol de plomo" que cae en un partido nocturno, como el viento de un partido SIN VIENTO, o lo mucho que ha tardado en llegar el primer corner del partido cuando se lanza el cuarto o quinto. Posteriormente, cuando lo considere oportuno -sin sujeción alguna a mínima lógica- recapacitará en voz alta sobre lo afortunados que somos al poder gozar de tan vibrante partido, para escasos minutos después, mencionar lo que se debe estar aburriendo el público por el bajo ritmo de juego.
Este doblaje es simplemente inadmisible, y lo mejor es suprimirlo para oír sólo al público. Y es que hasta las cosas perfectas tienen sus problemas...