Wolfgan Petersen se encargó de mostrar en imágenes toda la carga de emociones, combates, romanticismo y heroísmo en la película “Troya” donde un músculoso Brad Pit como “Aquiles” compartía pantalla con un inmenso Eric Bana “Hector”, protagonizando juntos una impecable secuencia de combate a las puertas de la ciudad de Troya.
Ya sabemos que donde hay batalla, hay un juego de Tecmo Koei. En este caso de su división canadiense, encargada de coger el testigo de las luchas por el poder en China vistas en Dinasty Warriors o Samuray Warriors, pero también con la intención de alejarse de los combates con Mech de la subsaga “Gundam”.
La oportunidad de basar su juego en la mencionada película no era previsible por dos razones: el tiempo pasado desde su estreno y el sobrecoste que supondría adquirir la licencia con todo lo que eso conlleva. Porque no nos engañemos, “Warrior’s Legends Of Troy” no es una de esas grandes producciones millonarias encargadas de reventar las listas de ventas, sino una muestra más de un estilo de juego sencillo, directo y adictivo, donde tampoco puede evitarse cierta sensación de monotonía o repetición de alguno de sus planteamientos.
Legends Of Troy nos cuenta toda la historia desde los diferentes puntos de vista de cada bando, por lo que controlaremos a los personajes más importantes: Aquiles, Patroclo, Hector, Parish, etcétera. Algo que nos permite disfrutar de diferentes perspectivas y de ciertas particularidades en los estilos de combate. Especialmente curiosos son alguno de los movimientos de Aquiles, concretamente uno donde saltando hacia delante trata de clavar la espada cerca del cuello de su rival, al igual que Brad Pit hace con Boagrius, el gigantón Tesalio en la primera batalla de la película Troya.
El desarrollo en el combate no dista demasiado de las batallas vividas en Dinasty Warriors, quizá el número de soldados simultáneos a los que nos enfrentamos sea ligeramente inferior, pero por el contrario estos están mejor modelados y detallados. También nos enfrentaremos a más clases de unidades especiales. Más allá de los típicos esbirros que caerán fácilmente ante nuestro acero, encontraremos cazadores, lanzadores de cuchillos, y guardias con armamento pesado y escudos, unos rivales frente a los que no conviene bajar la guardia para repeler sus rápidos contra-ataques.
En todas las batallas vamos a enfrentarnos contra otros héroes o soldados especiales del enemigo. Estas batallas se realizan en una especie de círculo rodeado por soldados y solo terminará con la derrota de uno de los contendientes, olvídate de salir huyendo y procura ser el superviviente. Lo cierto es que esta parte del juego resulta bastante amena, sin embargo utilizando con reflejos los movimientos de rodar y esquivar, no nos costará demasiado acabar con éxito este tipo de combates.
Acumulando bajas conseguiremos almacenar furia con la que hacer ataques más potentes durante un tiempo limitado, pero además acumularemos dinero con el que comprar equipamiento entre misiones. Este equipamiento, generalmente medallones y otros artilugios, mejorará aspectos como el daño realizado, aumento de salud, de furia, o de resistencia, con el aliciente de poder comprar varios del mismo tipo y acumular los efectos de mejora. Los movimientos no resultan nada complicados, ataque rápido, fuerte y las opciones de cubrirse y rodar.
Al margen de los ataques normales también podremos recoger las armas que dejan los enemigos al caer y arrojarlas desde la distancia o golpearles con el escudo para atontarles o hacer que pierdan el escudo. Es curiosa la protección frente a los arqueros, utilizando los gatillos para levantar el escudo y esperar a que pase el chaparron.
Sobre el papel un buen entretenimiento, pero a la hora de jugar nos acabaremos dando cuenta de que a pesar de controlar a numerosos y diferentes personajes (unos más fuertes, otros usan arcos, etcétera) acabaremos haciendo prácticamente lo mismo en todos los niveles, algo solo medianamente perdonable si eres adicto a este tipo de propuestas y conoces básicamente lo que puedes encontrar en ellas.
Técnicamente una vez más en Koei no se han “matado” para crear un motor gráfico que aproveche el potencial de las consolas actuales. Más allá de pequeños retoques o actualizaciones (los modelados de los enemigos han mejorado al ofrecer menos soldados simultáneos) nos vamos a encontrar con una calidad muy justita para lo que uno espera en Xbox360 o PS3. Quizá si uno va conociendo el historial de la compañía con sus juegos de grandes batallas no tenga las expectativas tan altas antes de ponerse a sus mandos.