El precio de la imperfección
Ford Racing 3, no es un título que aspire a la perfección. No pretende a estas alturas que nadie babee contemplando la pantalla, que nadie hable demasiado de su realismo ni que alguien se estampe con sus coches contemplando las vistas. Pero eso no quiere decir que desprecie las cuestiones técnicas. Al contrario, viendo el precio al que se pone a la venta, 24,95 €uros en Ps2 y Xbox y 19,95 en PC, se puede concluir que no puede ser más competitivo, y que con esta reducción compensa con creces no vender tecnología de exhibición prescindible, y se convierte en algo racional.
El apartado gráfico se muestra suave a la par que medido. No racanea con lo básico, deja caer hojas de los árboles, el sol brilla como exige el guión, y sí, también se corre de noche y hasta hay circuito con nieve. Las texturas están al limíte, el moldeado es austero pero no da la sensación de que algo esté fallando descaradamente. Se percibe que todo está ajustado... y punto. Una vez al volante, los sonidos hacen 3 cuartos de lo mismo. Incluso los menús, previa elección de idioma y 60 herzios, están al límite de la corrección. Por ello, superado éste reparo, lo mejor es empezar a correr. Elegido el cambio manual, algo aconsejable ante un título tan asequible en cuanto a jugabilidad, y en donde el nivel fácil inicial puede superarse entre bostezos, lo primero que evidencia es dos cosas: al salir de meta, la costumbre en otros juegos de tener preparada la primera marcha nos hará perder el tiempo acelerando en punto muerto. Cosa de acostumbrarse. La segunda, situar el cambio de marcha en el control por defecto, entre los cuatro botones laterales del pad, no es la mejor idea. Subir la marcha sin soltar el acelerador exige doblar el dedo, y el usuario que ya tiene bastante bien defendida la artritis a base de dedicadas horas, no necesita más complicaciones. Por ello, lo más aconsejable es cambiar la configuración de los botones para que los gatillos L2 y R2 hagan esta función.
Después, la perspectiva subjetiva, por más que no se vea el coche que pilotamos es la que mejor transmite la sensación de velocidad. La consciencia del vehículo la tendremos en su manejabilidad, aceleración, estabilidad, y otras tantas cosas que se plasman con coherencia apreciable para el usuario medio. Sólo un técnico especialista en el detalle, sin duda lo verá tosco en comparación con la escuela GT. Pero volviendo a ello, hay quien acaba cansado de tanta especialización cada vez que tiene que cambiar de coche.
A lo largo de las carreras, dejando a un lado la extrema sencillez del nivel fácil, sucede algo similar a los aspectos técnicos ya descritos. Vuelve a estar al borde, acogiéndose a su vertiente arcade no hay grandes detalles, los derrapes y saltos tienen su presencia lógica, pero podremos ir sin ser excepcionalmente hábiles avanzando hasta que la dificultad nos deje en otras posiciones.
[Posibilidades Made in Ford]
Ahora bien, lo que hace de Ford Racing 3 algo que vale la pena, es sus distintas formas de participar. Empezando por lo malo, el multijugador es ‘presencial’, o sea que nada de modo on-line. Pero pasando rápido por esta molesta carencia, desde las carreras hasta los desafíos, todo se ha hecho para evitar la monotonía. Se ha cogido la flota de los 55 vehículos, un conjunto de 12 circuitos que con la posibilidad de recorrerlos en sentido contrario y 2 extra dan 26, y unidos a las distintas formas de competir más allá de la carrera pura y dura, y con la forma de combinar todo, hace que uno pueda pasar mucho rato explotando sus alternancias.
En cuanto a la forma de ordenarlos, inicialmente la mayoría de estas opciones están bloqueadas. Pocos coches, pocos circuitos, pocas competiciones. Pero a cada prueba superada, nos lloverán con generosidad los alicientes para seguir compitiendo. Podremos pasar así rápidamente a probar un clásico, a competir con un camión, correr por circuitos más emocionantes, y lo que probablemente lo haga más divertido, tener la opción de correr con objetivos distintos al de cruzar la meta en primer puesto. Véase el de llegar en tiempo, ponerse una determinada cantidad de segundos en la estela del vehículo precedente, mejorar nuestra habilidad con pruebas concretas, lograr ciertos adelantamientos, relevos, drafting... La conclusión clara, más viendo su precio.