Afinad vuestras voces, tapad vuestros oidos. La versatilidad de playstation vuelve a rescatar el espíritu karaoke para gozo de cantantes sin escrúpulos y pesadilla de vecinos desvalidos. Con un catálogo que alterna clásicos de siempre y éxitos recientes, sing star party está llamado a convertir tu consola en un instrumento pachanguero de primer nivel.
Conste que lo avisamos: tu casa no volverá a ser la misma. Introduce en ella la segunda parte de este Sing Star y antes o después familiares y amigos de todo tipo, incluso los más adversos al videojuego, estarán entonando –es un decir– alguno de sus muchos temas para escarnio de sus autores. Podría realizarse aquí una encendida crítica al cambio de repertorio en la versión española, y es que figuras como Elvis ceden su puesto a Jarabe de Palo, Juanes, o La oreja de Van Gogh, pero a parte de lo sacrílego de éste dato escandaloso, lo cierto es que para la gran mayoría del público la introducción de una gran cantidad de éxitos actuales, mal que le pese al melómano mínimamente respetuoso, hace éste producto más coherente con su filosofía verbenera para la pachanga rápida. Así, se ha entrado a matar con nombres conocidos por distintos motivos, Alejandro Sanz con su No Es Lo Mismo, Alex Ubago, Café Quijano, los triunfitos Bisbal (Ave María, qué tortura la mía) y Bustamante y Alex (Por el amor de una mujer, sigo escuchando sin querer), Miguel Bosé, o temas ochenteros como el de Seguridad Social con Chiquilla, y el rescatado por serie pro-nostálgicos de la cansina Chica de ayer. Para quienes estén demonizando éste listado, y si siguen leyendo aún, hay cosas más respetables y sobradamente conocidas como Every Breath You Take de Police, I Got You Babe de Sonny & Cher (que a los cinéfilos recuerda siempre a Atrapado en el tiempo), Elton Hohn & Kiki Dee con otro tema ideal para los duetos (Don’t Go Breaking My Herat) y pink entre no muchos más artistas internacionales. Bob Marley, George Michael, Elvis (ya nombrado, pero reincidir es conveniente), Jamiroquai o Alicia Keys se caen respecto a la versión inter-nacional. Aunque también las Spice Girls: el mundo del karaoke es complicado.
Todo esto queda dicho a título de curiosidad más o menos simpática, pues lo cierto es que para su función y para reunir a mucho público, a su manera la elección de temas es, digámoslo así, comprensible y en cierta forma idónea. El que pretenda tomarse esto con seriedad, probablemente disfrutará más poniéndose en una posición imparcial y limitándose a contemplar el impresionante documento de autodegradación personal de los que se someten al cántico sin escrúpulos. Su función es la de una recuperación del karaoke en el ámbito doméstico, y en conjunto, es totalmente acertado y un éxito de antemano. Cuánta menos vergüenza y sentido del decoro, más feliz será en el destrozo del original y más demostrará la complejidad de una buena actuación. Y ese observador imparcial, más se empapará de esa lección sobre el lado oscuro del ser humano.