No cabe duda de que uno de los motivos del éxito de Nintendo DS fue el amplio catálogo dirigido a público casual que la propia Nintendo se encargó de hacer llegar a todas partes del mundo. Nintendogs formaba parte de aquella tanda inicial con la que se trataba de abrir mercado entre públicos que normalmente no jugaban a videojuegos de forma masiva... y lo lograron; basta con dirigirnos a las cifras de venta para comprobar el éxito de la jugada de la compañía de Kioto.
Con el lanzamiento de Nintendo 3DS la compañía quiere repetir la fórmula y para ello presenta una revisión de su popular título de mascotas, en el que se mantienen todos los ingredientes con los que lograron encandilar a medio mundo y le añaden animales, opciones y extras visuales con los que convencer a la otra mitad que no lo probaron en su momento.
Si en Nintendo DS la gracia estaba en la doble pantalla y en la interacción con en animal con la táctil, en Nintendo 3DS todo esto se potencia (faltaría más) pero lo hacen lucir de manera asombrosa con el efecto de tres dimensiones de la máquina. Este es uno de los motivos por los que merece la pena probar la pantalla en 3D; sus imágenes tranquilas y hermosas pueden contemplarse sin sufrir mareos y dolor en la vista, males que asolan al resto de juegos del catálogo inicial de la consola (no sabemos si por ser los primeros o porque el juego en 3D trae de serie dichas molestias)
Se mantienen la selección de animales, las actividades diarias con las que adiestrar al animal, el criadero donde ir guardando más criaturillas y se añaden gatos a la colección con los que seguir haciendo monerías. Todo muy cute y muy blanco, muy Nintendo. Descubrirte gritando a una mascota virtual para que el micro de la consola recoja tu orden es una de esas humillaciones soft que depara jugar con un programa de estas características. Y sin duda, de todos los añadidos que usa para sacar partido a la máquina, el poder jugar con la realidad aumentada es uno de los más interesantes: sacas al animal de la casa virtual y lo colocas en la tuya, para hacer monerías en uno de los concursos.
Tampoco anda corto en las opciones de conectividad: usando el modo inalámbrico se pueden intercambiar datos con otros jugadores, fotos de los animales y regalos. Una de esas cosas que encanta entre los jugadores más jóvenes (pero no te sientas mal si te descubres paseando con la consola en busca que otros aficionados a este juego, al final casi todos caen)
Nintendogs + Cats es una revisión correcta del programa original. El acabado de los animales, sus comportamientos, reacciones etc, son lo más logrado de todo el trabajo que nos llega en una sencilla tarjeta de Nintendo 3DS. La moda de los tamagotchis anabolizados alcanza con él una nueva dimensión; no es solo un simulador, tampoco es un juego completo que puede decirse que tiene un inicio y un final concretos. Es un pasito más dentro de los juegos sociales con los que se normaliza el uso de los videojuegos entre todo tipo de personas y edades. Puede que a un hardcoreta no le diga nada (y tampoco lo pretende) pero si funciona la mitad de bien que la anterior entrega, Nintendo puede darse por satisfecha.