Por lo demás, hay una evolución argumental con paralelismos a la película y que nos lleva a protagonizar primero las aventuras de Mr.Increíble en la época de los súper-héroes en que todavía era un soltero a punto de contraer nupcias con Elastic-Girl, y que a su vez se encarga de protagonizar la segunda misión. Después, siguiendo con su avance paralelo a la gran pantalla, nos introduciremos en la etapa de su vida en que resuelve entuertos de forma subrepticia ante el acoso a los héroes, antes justo de enfundarse en sus mallas rojas en su nueva forma de encarar el crimen.
Como queda apuntado, en cada fase manejaremos a un protagonista, lo cual aparte de la variedad que le da al reto en cuestión nos presenta sus propios super-poderes y lo convierte en parte en un juego distinto. Inicialmente la dificultad será totalmente asequible, y si bien en general no llega a la gran complicación, si irá normalizándose a medida que se superen sus fases. Con la introducción de Dash, el hijo ultraveloz tratando de llegar a clase a toda costa en un repentino cambio de género, viviremos los primeros momentos de verdadera complicación acompañándole mientras evita el tráfico en su camino hacia la escuela. Medir la velocidad para no calentar en exceso por fricción y no chocar demasiadas ocasiones son los primeros momentos de complicación por más que el tiempo no apremie demasiado y permita un amplio margen de error.
A nivel técnico, el contraste de la animación pregrabada, fruto del trabajo de potentes procesadores de estudio de pixar, con el entorno del juego, a pesar de llevar a la lógica vuelta a la realidad en que la playstation nos recuerda que los polígonos y texturas siguen en otro nivel, también mantienen el estilo general con las animaciones propias de cada protagonista. Los escenarios y su diseño han sabido encontrar en un nivel de potencia ajustada, la forma de trasladar el aspecto que se desprende de la serie, y a ello ha ayudado una banda sonora que recuerda a quienes han visto la película que ahora son ellos los que están dentro asumiendo algunos de sus retos. Las voces de los protagonistas les dan vida y expresividad, con la inevitable recurrencia en muchas de sus frases que roza –y en ocasiones supera– lo cargante. Afortunadamente la alternancia entre ellos hará que la saturación se disipe y no sea siempre el aforismo de cada uno el que nos exaspere con su reiteración.
Conclusión
Vista la facilidad con que nos introducimos en los conceptos plataformeros y del beat-em’up (saltitos asequibles, golpes a diestro y siniestro con la panda de vagos y maleantes), así como su ajustada progresividad, cambios de ritmo que evitan el aburrimiento y al mismo tiempo no dan grandes bajones, The Incredibles en ps2 acaba dando un resultado totalmente regular y que defiende el peso de su nombre con justicia. Muchos niños que hayan caído víctimas del poder del rodillo de las creaciones de Pixar, podrán encontrar buen refugio en este videojuego como no siempre lo encuentran en otras licencias. En algunos aspectos no será revolucionario, y es cierto que sus grandes alicientes son contar con nombres repentinamente conocidos, pero ese es sin duda su propósito.