Opciones y más opciones
Llega un momento en que los títulos de primer nivel, categoría a la que es evidente pertenece WRC 4, compiten todos por lograr unas opciones parecidas. Más de 1700 km a recorrer distribuidos en 16 rallies con sus 6 carreras, 50 pilotos (incluyendo acompañantes), 12 modos de juego con opciones on-line para hasta 8 jugadores en 30 torneos. Opciones inicialmente cerradas, como los vehículos Extreme que en virtud de su categoría de prototipo alcanzan los 300 km/h, contribuyen a ese catálogo que rodea algo esencial: un estilo de conducción muy definido y agradable hasta para el más novato participante.
No obstante, a pesar de la opción inicial de carrera rápida, lo aconsejable es empezar por circuitos de prueba si se quiere ganar en recursos para tener opciones en campeonato. El componente mecánico hace que a cada colisión, esuchemos a nuestro copiloto comunicarnos que piezas del vehículo han sido dañadas, algo que apreciaremos el resto de la carrera según el tipo de daño y que hará más difícil llegar bien a meta. La elección de vehículos por su parte, no arroja diferencias tan claras como pueden dar los componentes, y es que una elección de ruedas, según el tipo de asfalto (para acostumbrarnos, reiterar que es aconsejable el circuito de práctica antes) tiene los efectos predecibles.
Ahondando en las instrucciones del copiloto se desglosan en simples y complejas, permitiendo que hasta sin demasiada experiencia o atención a las flechas en pantalla, sea posible orientarse, apreciar el nivel de dificultad de la inminente curva, el estrechamiento de carril, o si hemos de tomar un cruce o un puente antes de que nuestro copiloto nos recrimine –una vez más– nuestra falta de orientación.
El nivel de concentración que exige, comparándolo con la competencia, quizá por darle más realismo, lo hace algo draconiano. Ahí podría encontrarse un obstáculo a la jugabilidad, que podría reinterpretarse por la mayor seriedad de la competición propia de su oficialidad, y que hace que en definitiva no se concedan respiros.
Lo cierto es que con los Colin Mcrae y compañía, muchas opciones coinciden, la jugabilidad se mantiene a un nivel también elevado, y en definitiva hay que meterse a juzgar en detalle quién está dando más en cada entrega. Pero WRC en su cuarta parte tiene el claro mérito de no quedar a la sombra de nadie, rematar sin parar los pequeños aspectos técnicos, y acabar dando al juego oficial del FIA World Rally Championship todo lo que merece.