El mercado de segunda mano lleva tiempo siendo una amenaza, más para un sector poco acostumbrado a bajar precios cuando sus productos dejan de ser de primera línea, y que trata de amortizar al máximo su repertorio con sucesivas entregas de cada nombre de éxito: resulta más difícil vender una continuación cuando el jugador puede comprar de segunda mano el original que fue publicado un año atrás con similares prestaciones.
Siendo así el mercado de segunda mano un terreno en el que las compañías no sacan tajada, en Capcom parecen haber ideado un sistema que está revolviendo las tripas de varios usuarios: añadir en varios de sus juegos, empezando por Resident Evil Mercenaries 3D (para 3DS, con esta característica ya confirmada) una grabación de partida no eliminable. Es decir, que en la tarjeta del juego se incluye información de la partida jugada que no puede ser borrada, de tal forma que ni el propio comprador podría volver a empezar de cero una vez superada la aventura.
Quizá las interpretaciones a este método han sido exageradas o no se conocen todos los extremos. En tal caso, de ser así punto por punto, Capcom habría dado un paso complicado que podría convertirse en un repelente para los consumidores.