Splash Damage, ya realizó un trabajo más que notable en este sentido con su aclamado “Enemy Territory: Quake Wars”. Aclamado, eso sí, en su versión para PC ya que la adaptación para consolas no fue demasiado afortunada y pasó con más pena que gloria.
Mientras se culminaba el desarrollo de Brink, sus creadores realizaron interesantes afirmaciones respecto a sus intenciones de fusionar las experiencias que podía ofrecer un shooter en sus vertientes multi-jugador e historia, algo muy difícil de conseguir y que tampoco ha resultado funcionar en lo que a Brink se refiere.
El mal llamado modo historia en Brink puede servirnos para comenzar a desenvolvernos con el juego, conocer el armamento, las opciones de personalización o los tipos de objetivos, pero lo que no conoceremos durante esta especie de tutorial será lo divertido que puede llegar a ser Brink. Esto viene generado desde la propia concepción de su jugabilidad y el diseño de sus niveles. Su mayor atractivo a priori es el frenetismo de la acción, los diferentes roles que podemos escoger (médico, soldado, ingeniero) y un sistema de control que nos permite desplazarnos por el escenario de una forma similar a la de “Mirror’s Edge” escalando obstáculos, apoyándonos en paredes, etc. moviéndonos con una agilidad impensable para cualquier otro shooter en primera persona. Este sistema, denominado “Smart” sobre el papel es una buena idea pero no termina de funcionar del todo bien con las tres clases de personajes disponibles.
A la hora de comenzar nos sentiremos por momentos abrumados ante la cantidad de posibilidades en cuanto a la personalización de los personajes. Estéticamente las combinaciones son casi infinitas y resultará bastante complicado encontrar dos clones entre tantas variantes. También es cierto que debido a la velocidad de la partida pocas veces tendremos tiempo de mirar quien es el “guapo” que nos ha liquidad, pero se agradece el enorme trabajo que se ha realizado en este apartado. Las clases principales engloban soldado, espía, ingeniero y médico, cada uno con habilidades.
Clases. Soldado, Espia, Ingeniero y médico.
Entre las tres clases de personaje disponibles (pesado, normal y ligero) el ligero es el que realmente se desenvuelve con la soltura y agilidad necesarias para aprovechar todas las posibilidades del escenario incluyendo las paredes. La pega es que al inicio solo podremos usar la clase normal, para más tarde desbloquear la pesada y por último la ligera. Si bien con la clase normal o pesada será posible utilizar armamento más potente y recibir más daño, en ocasiones nos sentiremos frustrados a la hora de combatir frente a enemigos de la clase más agil, ya que estos pueden aprovechar mejor los escenarios en toda su extensión, siendo la elección más apetecible en la mayoría de las ocasiones.
La campaña, como ya se dejaba intuir en las presentaciones, no deja de ser una especie de multi-jugador o tutorial camuflado. Las dos campañas tienen sus cinemáticas e intentan contar de forma un poco torpe una historia, pero la realidad sitúa a Brink en la línea de otros títulos como “Front Lines: Fuels Of War” e incluso “Team Fortress”Esto significa que nuestros objetivos serán los típicos de los modos multi-jugador (capturar la bandera, defender objetivos, capturar y dominar zonas, etc.) pero “colaborando” con personajes controlados por la cpu, con el consiguiente bajón de rendimiento ya que la IA en numerosas ocasiones no resulta demasiado competente.
La salsa de Brink la vamos a encontrar jugando o más bien cooperando en internet. La experiencia cambia como de la noche al día dependiendo de con quién estés jugando. Si entras en una partida llena de niñatos que solo van a conseguir más muertes estás perdido, nunca ganarás a un equipo organizado a la hora de conseguir los objetivos. Es vital la colaboración de las distintas clases y sobre todo que un médico se preocupe por el resto del grupo, una de las partes donde más tendría que aprender la inteligencia artificial cuando estamos solos.
Técnicamente nos encontramos con un trabajo aceptable pero que no destaca, cumpliendo sobre todo en lo que a modelados y texturas de personajes se refiere, con especial énfasis en la ropa, repleta de detalles. En los escenarios la calidad es más irregular, ya que a pesar de mostrar variedad en el diseño y creación de los mapas, algunas texturas desentonan al no tener demasiada resolución, fallos que si hubieran mejorado otros apartados como la pobre iluminación al menos se habrían disimulado.El diseño, con esos cuerpos estirados e irreales no nos acaba de convencer, pero eso ya es una cuestión de gusto estético más que un fallo que se pueda achacar a sus creadores.