El juego
El inicio, con una escena de exorcismo tras la cual nos vemos conducidos al primer salto al infierno, está llevado con la suficiente corrección para que el ritmo se vaya formando y capte todo nuestro interés. Si la cosa iba bastante bien con ese ambiente sobrio y siniestro de suciedad, al llegar a un mundo en llamas en que los coches son lanzados por el viento mientras vemos las primeras muestras monstruosas y escuchamos lejanos aullidos de dolor, seremos parte de ese mundo en toda su dualidad. Curiosamente, a mitad de lo que aparenta ser nuestra aventura, repentinamente se interrumpe para la presentación tipo títulos de crédito recordándonos de dónde viene este producto parte de la explotación de la obra de Moore, y hacia donde va.
Luego, las misiones participarán de un guión fílmico si bien alargado en varios tramos de acuerdo con fuentes de las que bebe, moviéndose en todo momento entre los habituales lapsos de investigación/exploración en contraste con enfrentamientos tensos, en una combinación creciente hacia los inevitables final boss. Paralelamente nuestro armamento (también en cuanto a hechizos) se va incrementando, nuestra comodidad a los controles se irá puliendo de forma obligada y es que, si bien no impone precisamente un alto nivel de dificultad y el avance se va haciendo con naturalidad, sí llega a puntos en los que la atención y compenetración con su rentabilizado uso del pad ha de ser total. Hecho así, el juego podrá ser superado en un plazo de tiempo razonable.
Sí hay que sacar a relucir las luces y sombras de su manejo. Generalmente todo se mueve con lógica, la visión en tercera persona con punto de mira no ofrece problemas e incluso se añade un sutil cambio de perspectiva para evitar planos ciegos al acercarnos a las paredes (se esconde al protagonista de pantalla dejándonos el punto de mira y así no perdermos de vista los objetivos), a lo que se le añade un equilibrado método de lucha que usa armas, pociones, golpes cuerpo a cuerpo, y ocasionalmente hechizos en el momento anunciado (algo que aparece ya más predeterminado, al igual que ciertos movimientos para subir paredes, saltar etc que en su caso se automatizan).
Una laguna llegaría con un redundante giro del protagonista. Recurso establecido para en los enfrentamientos poder invertirnos en 180º y atacar a los cobardes oponentes que nos llegan por la espalda, su establecimiendo en el boton L3 (presionando el stick izquierdo) nos da varios disgustos en momentos de tensión. Cuando estamos tratando de correr para protegernos, o manteniendo una posición entre disparos, en no pocas ocasiones nos gira contra nuestra voluntad causándonos muchas más muertes de las necesarias. Debe tratarse de un fallo apercibido, por cuanto en el menú de control se permite un ajuste de sensibilidad, pero al menos en su configuración por defecto nos lo hace pagar caro de buenas a primeras. Por muy efectista que resulte el giro por su enfoque en mitad de adrenalina y disparos (con ese protagonista, no es extraño a qué recordará, sólo falta el bullet time), hay momentos que da para lanzar maldiciones aquí especialmente innecesarias. Sea como sea, es una merma escasa en medio del control.
Concluyendo con lo que es el centro de toda adaptación similar, no es uno de esos casos más clamorosos en cuanto a lo que se aprovecha de una licencia, y para quien tenga especial necesidad de más Constantine, aún sin grandes revoluciones dentro del juego, evitará tirar el dinero a costa de nombre como con demasiada frecuencia sucede en estos casos.