Hasta la fecha, Nintendo ha pasado de perder su liderazgo en la generación de N64 y Playstation, a perder todavía más relevancia con la entrada al mercado de Microsoft. A pesar de ello la preocupación no era máxima, seguían defendiendo sus señas y ello por la garantía que le daba su división portátil. Ahora bien, ¿qué pasaría si perdieran su posición en ese campo? Posiblemente para evitar tener que dar respuestas a ese interrogante, en cuanto Sony anunció que iba a lanzarse a morder esa otra parte del mercado con la que nadie más se atrevía, la respuesta llegó con rapidez, y esta era incluso más personal y sorprendente de lo que podía esperarse.
Doble de pantalla: ¿evolución?
Desde el primer contacto, no puede dudarse del parecido con algunas de sus hand held y concretamente con la de Donkey kong de doble pantalla. Sí, aquella naranja que hace veinte años asombraba y con la que la compañía se iba labrando el sobrenombre de “la gran N”. Hablar de todo lo que ha llovido desde entonces supondría recuperar su historia, volver a detallar cómo por un lado en consolas la NES, y Super NES se afianzaban en el terreno doméstico, y cómo a la par Gameboy no dio margen a la competencia, librándose de rivales mucho más poderosas a las que noqueaba sin titubeos. Lynx, Gamegear, incluso SNK hace no tanto tiempo...
Tanto la historia de Nintendo, como el análisis de su división portátiles ya han sido recogidas anteriormente desde estas páginas (disponibles en web) por lo que lo más conveniente es tratar directamente lo que nos encontramos al abrir el embalaje de su última enviada, la que curiosamente no se llama Gameboy.
Aunque antes quepa preguntarse ¿qué significado puede tener el cambio de nombre? Las malas lenguas le niegan el carácter de detalle menor, y afirman que se trata de un forma de dejar invicta la marca –que Nintendo ya ha anunciado podría utilizar próximamente– e incluso darle una segunda opción caso de fracaso del Dual Screen. No hace mucho, dentro de las críticas públicas que comienzan a hacerse desde Nintendo a Sony, se afirmaba que mientras ellos buscaban el verdadero sentido del juego, sus rivales seguían apostando por un espectáculo que antes o después conducirá al agotamiento, que aburre a los verdaderos aficionados y que satura con sus exhibiciones. Pero en todo caso, si esa apuesta por lo diferente sale mal, seguro que tener una segunda oportunidad con la excusa de recuperar el nombre de Gameboy es un buen recurso...