No basta con hacer un buen juego cuando el presupuesto impone aspiraciones mayores: ha de ser rotundamente bueno, y sobre todo, venderse rotundamente bien.
La irregular acogida en prensa de Rage -pese a sus numerosas cualidades-, pero sobre todo un nivel de ventas que no ha logrado arrasar como precisa un título de su talla, ha afectado a Bethesda, creando una "seria falta de confianza en la gestión de proyectos".
Así, a falta de que se confirme el rumor, parece que la víctima directa -según anuncia Kotaku.com- será Doom 4. La icónica franquicia tenía proyectado nuevo juego que por el momento queda "pospuesto indefinidamente". Algo relativamente comprensible atendiendo a un género tan saturado como ha demostrado el lanzamiento de Rage.