Lo hemos dejado caer varias veces, y volvemos sobre ello: en el pasado, encontrarse con un juego que te hiciera sospechar que no había nada más allá del punto en que caías una y otra vez, era una constante. Puede que sea la esencia del videojuego, atenuada en estos tiempos de ayudas casi insultantes y aventuras asistidas para que quien ha gastado 60 euros no acabe maldiciendo a sus autores, pero la cosa es que había casos en que los retos necesarios se volvían especialmente sangrantes en los 80. Había casos en que apenas nos dejaban superar unas pantallas, otros incluso nos arrinconaban en el inicio del juego, y luego estaban aquellos que nos parecían prometedeores pero que, vez tras vez, hiciéramos lo que hiciéramos, nos dejaban encerrado en el mismo sitio.
Con el paso de los años, y sin necesidad de terapia psicológica (más de lo que cabía pronosticar, recordando alguno de sus momentos) uno ha olvidado en qué punto concreto caía una y otra vez en River Raid. Porque había un lugar maldito, insuperable, que costaba sangre, sudor y lágrimas volver a ver, y que convertía los épicos esfuerzos anteriores en agua de borrajas. Para colmo, cuando nos topábamos con nuestra frustración con mayúsculas y caíamos sin oportunidad alguna, no había garantía alguna de que en la próxima partida volveríamos a llegar tan lejos haciéndolo más desquiciante aún: los nervios nos hacían parecer novatos cuando reintentábamos.
River Raid, que con sus gráficos casi icónicos lucía una jugabilidad de bandera, es recordado como uno de los primeros productos de repercusión de la que hoy es la poderosa Activision. En MSX puede que su planteamiento de aviones/naves con componente thriller-estresante (podíamos quedarnos sin gasolina, caer ante cualquiera de los numerosos y variados enemigos, estamparnos contra un muro sin salida…) palideciera en comparación con muchos de los shoot em’up en formato cartucho. Puede también que su diseño de aprobado pelado no fuera el más sugerente. Pero si no fuera por sus obstáculos insalvables, sería uno de los títulos más recordados y dignos de nuevas partidas. En lugar de eso, que buscando vídeos sobre el final del juego uno encuentre únicamente versiones trucadas es bastante descorazonador… y sospechoso.