La serie constituyó un éxito en vista del cual la compañía Virgin decidió realizar al año siguiente una adaptación en formato videojuego respetando la trama urdida por Miller y en la que en jugador, en la carne y metal de Robocop, se las vería con delincuentes, soldados, ingenios mecánicos con forma de araña, naves voladoras y, por supuesto, los inevitables terminators a lo largo de una decena de pantallas.
El juego, un arcade de disparos muy en la línea de las recreativas desarrolladas por Data East basadas en las dos primeras películas del policía cibernético, fue desarrollado para Mega Drive y SuperNintendo con posteriores conversiones para sus hermanas menores (Master Sistem, NES) y portátiles (Game Gear, Game Boy), si bien la única que llegó a España fue la versión de Mega Drive que por suerte era la que gozaba de una mejor calidad gráfica.
Aspectos Tecnicos
Haciendo gala de unos sprites de gran tamaño bien diseñados aunque un tanto toscos en combinación con los fondos, el sistema de juego contaba con un nivel medio de dificultad y un sistema de juego bastante fluido, permitiendo al protagonista hacerse con diversas armas de distinta potencia y subsanando uno de los principales inconvenientes de los anteriores juegos basados en la licencia de Robocop, como era la ausencia de capacidad de salto, siendo uno de las pocas ocasiones (quizás la única) en que el robotizado defensor de la ley no se veía anclado en el suelo. El apartado de sonido consistía en aquellas melodías simples y pegadizas tan propias del género del arcade aunque cabe destacar el detalle de que las ocasionales frases pronunciadas por Robocop estaban dobladas por el actor Robert John Burke, quien diera vida al personaje en la tercera entrega cinematográfica.
En resumen “Robocop vs Terminator” es un juego que si bien a quedado obsoleto frente a las posibilidades actuales mantiene intacto su gran nivel de adicción y del que seria de agradecer su inclusión en alguna de esas recopilaciones de juegos clásicos que las compañías elaboran ocasionalmente para regocijo de los nostálgicos.