Cuando día sí, día también, asistimos al debate sobre la necesidad o no de una nueva generación de consolas (más allá del reemplazo de Wii por Wii U), un tema paralelo se ha colado como hipotético rasgo de Xbox 720.
Así, sin que se sepa exactamente el origen de la fuente, ha empezado a difundirse que Microsoft está estudiando combatir el mercado de segunda mano para impedir que juegos usados sirvan a los usuarios de su futura consola, y el tema ha alcanzado tal relevancia que algunos desarrolladores han comenzado ya a posicionarse en contra.
Saber Interactive, actuales desarrolladores de Halo, y CD Projekt (de The Witcher 2), se han opuesto firmemente con argumentos como que el consumidor que quiere ahorrarse unos dólares no debe ser penalizado porque un juego no haya vendido suficiente (ello a pesar de que ellos como creativos serían los supuestos beneficiados por el sistema). "60 dólares es mucho dinero y si un tipo se compra un juego por ese precio y se queda enganchado en algún lugar, no es justo obligarle a quedarse con el juego", explica Karch, de Saber Interactive.
Según el sistema descrito, cada juego sería registrado en una sola consola impidiendo más usos. Sería una forma de golpear a la piratería, al mercado de segunda mano y de impedir usos tan convencionales como acudir a casa de un amigo con el juego para echar unas partidas. No obstante, el movimiento parece impracticable por cuanto si Microsoft tomase esta medida en solitario, sería una forma de allanar el terreno a la competencia que sin estas medidas se vería beneficiada por un uso más normal de sus consolas.