Una de las señoritas que animaban la presentación de 7Sins
Mucho ha llovido desde que se presentara la primera versión de los Sims, aquel juego que entre otras cosas inició a muchas chicas en el mundo de los videojuegos e inauguró el género de la simulación social.
Su último representante es 7 Sins (Siete pecados), que fue presentado el pasado 27 de abril en el Hard Rock Café de Madrid, un escenario especialmente ambientado para la ocasión con maquetas de edificios colgadas del techo, recreando las calles de Apple City. Así se llama la ciudad virtual en que se desarrolla el juego, llena de alicientes prohibidos con los que el jugador interactúa con multitud de personajes de lo más variopinto, desde guardaespaldas rusas a actrices de éxito, pasando por expertos en artes marciales, niñas pijas, aristócratas cleptómanas y estrellas del rock. Además, los más de 20 minijuegos existentes ofrecen un aliciente extra al juego.
Otra de las señoritas que hacían del Hard Rock Café una extensión de Apple City, esta acompañada.
Una de las principales bazas de este 7Sins es la libertad de movimiento, que se ha potenciado en detrimento de la posibilidad de personalizar escenarios. Pero si hay algo que diferencia este título de sus predecesores, es el tono, marcadamente adulto y sarcásticamente divertido de sus tramas. Todo el que haya probado a echar una partidita a los sims, habrá probado a torturarles, a llevarlos al extremo, a hacer que liguen con el mayor número posible de Sims… Este es precisamente el motor de este título, lo que deberás hacer si quieres ir superando pantallas. Y es que en ese sentido deja en pañales a sus predecesores (con excepción de Singles de Ubi, cuya segunda parte se anunció recientemente) al incluir opciones mucho más subidas de tono.
Pero este aspecto, que podría circunscribirse al ámbito de la lujuria, es sólo uno de los siete pecados capitales, que próximamente podremos explorar a fondo en nuestro PC o nuestra Playstation 2.
Disponible desde el 13 de mayo en las tiendas, con él el jugador puede perseguir ya las delicias prohibidas de la gran ciudad para ser el número uno. Como anuncia su slogan: En Apple City el mejor lema es: “¡Sálvese quien pueda!”.