El mercado de las licencias evoluciona. Si por cuestiones puramente de mercadotecnia los últimos años nos habían acosutmbrado a que un lanzamiento en cines -basado o no en un libro- viniera acompañado de videojuego, cómic y todo el repertorio de merchandising posible, una nueva variante se abre camino: en cuanto a videojuego, se impone el social.
El hito lo marca Los Juegos del Hambre, adaptación de la obra de Suzanne Collins que en su llegada a la gran pantalla el 23 de marzo, se verá acompañado de un videojuego social. ¿Y para consolas? Nada. El movimiento es rotundo: el título de Funtactix que supone su primera adaptación de juego de película, no sale en Playstation, Xbox y compañía porque "los juegos de consola basados en películas están desapareciendo rápidamente". Los argumentos de Sam Glassenberg, responsable de la compañía, se basan en cuestiones de calidad: "la calidad de ese tipo de juegos ha caído durante años, y los consumidores se han dado cuenta, de ahí que ese mercado haya caído".
No obstante, podría matizarse que también una cierta casualización estaba presente en la adquisición de esos títulos -los hardcore gamers, difícilmente no supieran de la baja calidad del producto- y que ese público en concreto, se ha desplazado a terrenos basados en la gratuidad o el bajo coste. No obstante Funtactix no son los únicos huyendo de consolas y videojuegos de película: THQ, tradicionalmente abonada a nombres como Kung-Fun Panda, también anunció recientemente que dejaba esta vía.