Fight!
SNK y Capcom ya han probado este encuentro en los últimos tiempos. Los resultados no deben ser malos, porque tras dos entregas a cargo de Capcom (que antes de esta unión vivía feliz cruzando sus personajes con los de Marvel), ahora le toca el turno a SNK de dar su propia versión del cruce. De hecho, no debe ser malo ninguno de los resultados vinculados a Street Fighter porque que a estas alturas nos encontremos con una reincidencia en su nombre, con un acabado tan de los 90, sólo puede explicarse por esa vía: porque sigue vendiendo. ¿Y por qué? Pues quizá porque si se logró tanta importancia entonces es porque el producto estaba lo suficientemente definido y era terriblemente jugable, y porque llegó a tanta gente y durante tanto tiempo, que algunos siguen echándolo de menos a él, a sus personajes y a esos conocimientos de lucha adquiridos.
Técnicamente, SNK vs Capcom, a pesar de iniciar dando elección entre 50 y 60 hz parece una conversión pixel perfect de máquina antigua. Sus personajes han sufrido mínimas aportaciones, los decorados y sus animaciones son de las que se gastaban en soportes mucho menores y muchos años trás, de las que cualquier día podremos ver nítidamente en un teléfono móvil. El repertorio de personajes, si bien inicialmente no parece mostrar los 36 que contiene (con el R1 desvela el resto) ofrece el amalgama previsible con alguna que otra particularidad extraña (véase luchar con el marciano Mars People de la saga Metal Slug). Algunos de ellos se han adaptado tan escasamente que su superioridad sobre el resto es más que manifiesta, no se ha hecho ni un trabajo excepcional en amoldar mínimamente a la estética actual, ni en dar una cohesión a ambos mundos y a sus peleas. Algo que se pone especialmente de manifiesto puesto que aparte del nombrado marciano, hay más nombres fuera de los juegos de lucha como Zero, de Megaman. Pero aquí se ha optado por ser purista y riguroso con la adaptación, bien por desidia, bien por ánimo conservador.