Lleva su marca tras años de litigios, pero nada tiene que ver con lo que Amiga representó. En su lugar, este ordenador con estética de Apple en su versión mini, monta un PC potente que vende por encima de los 2495 dólares, probablemente para tratar de sacar ingresos con algún nostálgico incauto. ¿Los extras para apelar a sus buenos tiempos? Una emulación y puñado de títulos de antaño, que por su precio deberían hacer que el comprador se plantease adquirir una consola y unos cuantos juegos actuales junto a un ordenador de precio más coherente.