THQ al borde de la quiebra, Electronic Arts en permanente búsqueda de una nueva posición en el mercado, Konami limitada a cuatro grandes nombres, Nintendo con un ejercicio en pérdidas tras años liderando el sector con cifras históricas...
El mercado del videojuego no es simple, y lo sabe SEGA, antaño una de las dos caras de una industria clásica polarizada en la que con Master System y Mega Drive plantaba cara en igualdad de condiciones a la NES y Super Nes.
Pero desde su retirada del mercado del hardware, las cosas tampoco han llegado a apaciguarse lo suficiente. Probablemente porque frente a las anteriores compañías citadas (exceptuando THQ, que parece en situación muy seria) todas tienen franquicias que venden -por ahora- de manera imperturbable. En Sega tienen demasiados altibajos y si bien su mascota Sonic ha protagonizado algún juego histórico como Generations, poco más ha logrado por sí misma. Eso explica la presente reestructuración que ha anunciado la compañía, con numerosos despidos, cancelaciones de proyectos y oscuros balances contables.
Entre las lagunas que ven los analistas en su catálogo, no sólo se encuentra la carencia de títulos indiscutibles (Sonic, en líneas generales, como apuntábamos antes ya no lo es), sino la apuesta por títulos débiles y el total desaprovechamiento de licencias de videojuego que prácticamente han finiquitado las futuras relaciones Marvel-Sega: los Iron Man, Thor y compañía se han saldado con un resultado tan poco rentable que no sólo no han dado los ingresos que habrían cambiado la situación de la marca, sino que han comprometido su futuro en esa división.
La incapacidad para recuperar viejos nombres con dignidad (Altered Beast, Golden Axe... estaban mejor en la sombra de su pasado) contrasta con el buen estado de forma de nombres como Yakuza, capaz de reinventarse en un episodio zombie y demostrar su vitalidad, por más que su salida fuera de Europa siempre se produzca de manera tibia.
En todo caso, los próximos meses confirmarán la gravedad de una crisis que marcará el rumbo de uno de los nombres pesados de la industria. Aunque más importancia tuvo Atari, dirán algunos.