No puede ser una consola barata, como si lo fue Wii. Una historia demasiado parecida a la que recientemente han vivido en Nintendo con su portátil: 3DS estaba demasiado por encima de precio respecto a su predecesora, hasta su drástica reducción no comenzaron a vender masivamente.
La cuestión es que desde su primera presentación, quedó claro que Wii U no iba a poder tener un precio similar al que hizo que se vendieran Wii con cifras de vértigo. El mando con aspecto de tablet imponía unos costes mínimos entonces desconocidos, y que hoy algunos medios cifran en un conjunto de 180 dólares, siendo un mínimo de 50 para ese controlador. Si a eso se le suman los costes añadidos como el marketing, el precio rondaría según las primeras estimaciones los 300 euros.
Habrá quien piense que en Nintendo podrían abordar el tema con la estrategia Playstation de vender por debajo del coste, o que incluso se podrían ver forzados a terminar recortando el margen cuando el mercado lo imponga como sucedió el pasado verano con DS. Eso lo dirá el mercado y las ventas, que a su vez también estarán muy condicionadas por el catálogo que sea capaz de desplegar en el momento de su lanzamiento.