Hace escasas semanas la publicación Kotaku mostraba una curiosa gráfica que, pese a ser poco más que anecdótica, tenía su valor simbólico: si se comparase la vida de Xbox 360 en el mercado con la de cualquier consola previamente publicada, hablaríamos de una consola muy superada por su siguiente generación. Es decir, si incluso en la época de los 8 bits - tradicionalmente considerada una generación longeva- aplicáramos el número de años que Xbox 360 lleva a la venta, estaríamos ya avanzados los 16.
Esta situación, que tiene mucho que ver con el escaso margen para el avance técnico que dejan las consolas actuales (dejando a un lado aspectos de IA), sí puede tener efectos por cuanto algunas compañías sienten que han de dar el primer paso para no quedarse atrás. En Nintendo, por ejemplo, agotado el efecto de Wii, van a por Wii U, una apuesta especialmente delicada por el precio que puede llegar a exigir a los consumidores y porque si con Xbox 360 muchos ya hablaban de potencial excesivamente ajustado, la situación puede ser más grave si ha de enfrentarse a una generación incluso superior.
En todo caso, la noticia que IGN desvela habla de una fase de producción inicial que estaría desarrollándose en Austin a cargo de Flextronics (quienes ya trabajaron en Xbox 360), con el matiz de que podría tratarse por ahora de kits de desarrollo para que varias compañías empezaran a trabajar en los primeros juegos (y teniendo en cuenta los largos plazos necesarios para cualquier desarrollo, no impondría una publicación inminente ni mucho menos).
Sí es de reseñar que la noticia coincide con numerosos rumores sobre la posibilidad de que en Microsoft exploten la vía de las consolas financiadas a cambio de abonos: de la misma forma que sucede con los móviles, podrían estar estudiando un pago mensual a cambio de consola de bajo precio, algo que además podría contribuir a reforzar la fidelidad de un usuario con una consola.