¿Son todas las películas arte, todos los libros literatura? El debate podría irse de las manos con tanta facilidad como polémica suele generar la identificación videojuego-arte, pero para el caso, lo relevante del estudio de Sarah Coyne de la Universidad de Brigham, es que los best seller juveniles están lejos de ser obras que puedan mirar al resto por encima del hombro.
Así, a pesar de los tópicos, la profesora se dedicó a analizar la profusión de escenas violentas, con insultos y blasfemias y las de sexo explícito, y el resultado fue contundente: 35 de los 40 libros analizados duplican la cifra de muchos videojuegos. A pesar de que sagas como Harry Potter o Crepúsculo salían bien libradas (Pretty Little Liars, de Sara Sephard se encuentra en el extremo opuesto), en general, el empleo de lenguaje malsonante en numerosos personajes es una constante, mayoritariamente identificada con los personajes de éxito y atractivos, en tanto que son sus opuestos los que hacen gala de unos modales más finos, factor este último especialmente inquietante para el estudio.
"Desde un punto de vista de aprendizaje social, es algo particularmente importante ya que los adolescentes tenderán a imitar más a ese tipo de personajes", explica Coyne. Probablemente en videojuego los ejemplos son más positivos mientras no resulte inspirador ningún protagonista de Grand Theft Auto...