No es algo que vaya a sorprender a ninguno de los seguidores de Castlevania, ni de hecho les inquietará demasiado. El señor de las sombras ha vuelto (y van...), y lo ha hecho acompañado de todas las cualidades de una serie de juegos que ojalá siga siempre en nuestras manos. Aunque sepamos de antemano que nuestra batalla contra las sombras, sea relativamente inútil...
Fue la manera de Konami de dar un líder al catálogo de la Advance para su lanzamiento, y la primera muestra de las grandes virtudes (e incluso defectos, pues la oscuridad agravaba la visibilidad) de una máquina que sigue enriqueciendo su catálogo día a día. El reto que planteaba un lanzamiento así era complicado, pues Circle Of The Moon puede considerarse sin ninguna duda como una de las mejores maneras de representar el universo Vampire Killer, que lleva desde la década de los 80 robando el sueño a muchos de sus adeptos.
Y es que el hematófago más famoso de la historia de la ficción, ha representado siempre una siniestra figura de elegancia y oscuridad, peligroso por sus maldades, especialmente temible por sus rasgos de poder que inevitablemente le llevan a reinar entre las tinieblas. Su llegada a un MSX2 armado por la fuerza Konami, no tardó en generar interés y una larga escuela de cazadores de vampiro virtuales que iría prolongándose a lo largo de sus innumerables secuelas. De todas ellas, la más destacada hasta el momento, dejando a un lado la originaria entrega precursora, es Symphony of The Night. Playstation tuvo así el inmenso orgullo de recibir el capítulo más venerado a día de hoy, y cuando se habla de regreso innovador para su heredera -con opciones tan particulares y sofitiscadas como el posible modo on-line- Game Boy Advance recibe un cartucho que bebe de forma directa de ese episodio. Circle Of The Moon ya disponía de muchos de sus rasgos, pero aquí se acrecentan. Ayuda el mayor despliegue gráfico, con mejores animaciones, enemigos de mayor tamaño y elaboración gráfica, y fondos y escenarios dispuestos a sacar mayor rendimiento. Pero es ante todo una cuestión de planteamiento, la que nos lleva a recordar inevitablemente a aquella "sinfonía nocturna", que es a la vez, lo único que se podría reprochar al juego que nos ocupa.
Demostrada la posibilidad de incrementar el detalle gráfico, en esta ocasión hay un claro paso atrás en el melódico. ¿Qué ha sucedido para que en más de un año se haya caminado hacia atrás en el apartado musical? Los Fx se salvan, pero el repertorio de sonidos, es más apropiado para viejas entregas de soportes demasiado antiguos.
En el aspecto verdaderamente importante, la jugabilidad raya el mejor de sus niveles. El empleo de los gatillos superiores para desplazamientos bruscos a uno y otro lado, consiguen un intuitivo sistema de ataque y evasión con el que pronto podremos vencer a nuestros rivales. Para esta ocasión, el nivel desaforado de que hacían gala algunos de los final bosses de Circle Of The Moon, ha sido moderado e incluso debilitado. A lo largo de un castillo que recorreremos en sus dos lados, podremos tan pronto armarnos sobradamente (incluso hay alguna inexplicable tiendecita oculta para hacer acopio de reservas) como recolectar hechizos (muy simplificados respecto a la versión precedente) y seguir aumentando nuestra fuerza con la lucha, tal y como viene siendo habitual.
Es con todo, un título con tantos alicientes como tuvo su predecesor, y que por pocos motivos puede dejarse escapar. Hay pocos juegos de este nivel en el mercado.