Aspectos técnicos
“The Great Edgar Hunt” presenta una especie de contradicción a nivel gráfico. Por una parte los gráficos en 3D están desarrollados a partir de los personajes y la estética de la serie de animación, proliferando los pequeños detalles listos para provocar una sonrisa o satisfacer a los buscadores compulsivos de referencias. Sin embargo las 3D, y mas usadas al nivel básico como sucede en este juego, carecen de la expresividad de la animación convencional: las mandíbulas desencajadas, los ojos fuera de las orbitas, los movimientos hiperacelerados, las torsiones imposibles y el resto de tics tan característicos de los cartoons desde los tiempos de Tex Avery y Chuck Jones, habituales en la serie, están completamente ausentes en el juego dando una sensación bastante plana y sosa.
El apartado sonoro intenta, conscientemente o no, paliar dicha carencia recurriendo a melodías y onomatopeyas propias del género así como a la habilidad de los actores encargados de poner voz a los protagonistas (y que son los mismos que hacían lo propio en la serie, aunque ese detalle solo los angloparlantes podrán apreciarlo).
Con todo, el género de las plataformas no ha tenido una proliferación comparable a la de antaño desde la llegada de la nueva generación de consolas. Solo por ello el juego que nos ocupa ya supone una buena noticia para los aficionados con ganas de novedades que llevarse a la boca. Idéntica situación es la que se plantea a los seguidores de la serie original que padecían una acentuada sequía de material nuevo.
El resto de usuarios se encontraran con un juego cumplidor y entretenido pero un tanto anodino y de rápido olvido con el que matar el tiempo a la espera de la aparición de otros títulos, sensación a la que contribuyen su escasas –por no decir inexistentes- opciones así como la falta de unos personajes mas reconocibles y/o de mayor entidad privados de los principales recursos (léase expresividad) que constituían su principal atractivo en la serie de animación. Al menos los “Tiny Toons” tenían la ventaja de estar emparentados con los clásicos.