Llega la cita con el mes de septiembre que muchos han alcanzado haciendo maravillas: aguantar agosto con los 249 €uros que costará de salida la nueva consola de Sony, más los 30-40 que costará uno de sus juegos, es todo un reto.
Mientras Nintendo DS es originalidad y diversión sin añadidos, PSP es espectáculo y tecnología tal como siempre se había imaginado del futuro.
¿Demasiados €uros? Antes de tratar de resolver esa duda, y en referencia a esa competencia que debía estar ya en marcha y que ha dado una ventaja notable a la compañía de Mario, sí que sería justo matizar que ambas máquinas (PSP y Nintendo DS) están demasiado diferenciadas, y que lo que ambas anunciaban puede ser muy cierto, que hay espacio para las dos. Algo que suena generalmente iluso, tiene lógica en el caso concreto porque las propuestas no pueden ser más diferentes.
Mientras Nintendo DS es originalidad y diversión sin añadidos, envasada en un cuerpo retro al que devuelve a su tiempo su pantalla táctil, PSP es espectáculo y tecnología como siempre se había imaginado del futuro. Sería difícil poner un título por encima de Wario Ware Touched, para Nintendo DS, cuando llegue su nuevo Metroid o Castlevania serán citas obligadas.
Pero por otro lado, los derroches gráficos que no impresionan y que han agotado su capacidad de sorpresa, pasan a dejar absortos a quienes los observan encerrados entre sus manos. Si cada una tiene su sentido, PSP tiene por encima de todos el de la estética.
El poder en mis manos
El UMD, soporte de PSP
Incluso antes de encenderla puede empezar a decirse que es brillante. Porque brilla. Su amplia pantalla, sacando todo el partido posible a sus dimensiones, el espacio que la rodea incluyendo la cruceta, los botones o los gatillos transparentes reflejan pulcritud, un diseño tan marcadamente elegante que se diferencia completamente de todo lo visto en videojuego. Puede que esta sea una constante en la nueva generación, y la austeridad de PS2 en aspecto externo, la sencillez del cubo de Nintendo o la contundencia aparatosa de X-Box no vuelvan a repetirse. Pero su mayor exponente será sin duda PSP.
Su espacio no puede estar mejor repartido en sus 17 cm de largo x 7,4 de ancho. A las 4,3 pulgadas en formato 16:9 TFT se le añaden por debajo un botón de Home (para volver al menú principal) el control de brillo e iluminación (esto repercute en su consumo de batería) un ‘mute’ para silenciar y los select y start. Debajo de la cruceta habitual, se encuentra el stick analógico, una revolución en portátil y que traslada la filosofía del dual shock a PSP si bien con un recorrido diferente y más corto. Si no fuera por que no tiene el derecho y que sólo cuenta con dos gatillos, la distribución sería idéntica a la de aquel mando.