Aniquilar, tomar posiciones, aniquilar.
El control del juego sigue siendo el de un beat ‘em up en tercera persona, en el que controlamos a un guerrero armado que masacra a las hordas enemigas. En todo caso, el elemento estratégico sigue estando presente: a pesar de que tan solo manejamos a un personaje de manera directa, deberemos estar atentos a los movimientos de las tropas de ambos bandos y a la progresión del combate, tomando puestos de control y fortalezas para procurar que el frente de batalla nos favorezca a nosotros, y sean nuestros hombres los que nos cubran las espaldas en lugar de estar rodeados por guerreros enemigos.
Además, deberemos obedecer las órdenes de nuestros superiores y cumplir con determinados objetivos, ya sea cuidar de una determinada unidad, tomar un emplazamiento enemigo, o eliminar a un comandante rival, así como proteger a nuestro señor y defender nuestras posiciones.
Muchos de estos objetivos proceden de Dinasty Warriors 4: Empires, como la aparición de los puntos de control a través de los que aparecen tropas del ejército que lo controla. En todo caso, el modo de avanzar y cumplir con todos estos objetivos no es otro que el de eliminar a todo aquel que se mueva y no enarbole el estandarte de nuestro ejército, por lo que la estrategia queda relegada a un segundo lugar: lo importante en el juego es eliminar unidades rivales (incluso contaremos con un marcador que nos indicará el número de bajas que hemos causado hasa el momento). Cumpliendo con estos objetivos secundarios, que se logran avanzando en el propio combate, aumentaremos la moral de nuestras tropas, haciendo crecer su envite y permitiendo su avance.
En total dispondremos de 48 personajes, unos cuantos de ellos desbloqueables conforme avanza la partida. Cada uno de ellos cuenta con movimientos propios, algunos realmente formidables (y recordando a los combos e juegos de lucha como Soul Calibur), que permiten encadenar complicados combos con movimientos muy fluídos. Los héroes pueden realizar un ataque sencillo y uno potente (pudiendo combinarlos entre sí para lograr diferentes reacciones), así como atacar con un salto o lanzar flechas.