Otro modo de manejo –y el que más casa con las aventuras gráficas– se basa en las elecciones que nos permite tomar la pantalla mediante iconos en la parte superior, bien de diálogos o de acciones inmediatas, que la mayoría de las veces tomaremos sometidos a la presión del tiempo representada en una barra que se esfuma rápidamente. Y cada decisión tomada tiene sus consecuencias, pudiendo cortarnos de cuajo un diálogo y sin posibilidad de reintentarlo como se hacía a la vieja usanza (con el agravante que las abreviaturas usadas no siempre están claras). Finalmente, para las acciones “de fuerza”, se utiliza otro procedimiento basado en el presionado reiterado y acelerado de los botones r1 y r2 de forma intermitente (al más puro estilo de los títulos deportivos de los 80 que tantos joysticks sacrificaron, véase los Track&Field).
Por lo demás y en la movilidad del personaje, no difiere tanto de títulos modernos tipo survival, aunque sí cabe señalar en este punto, el que es uno de sus pocos defectos marcados, y que se refiere a un manejo rudo por un uso de cámaras en ocasiones demasiado confuso y que en momentos decisivos contrarreloj puede salirnos muy caro.
Protagonistas de película
Volviendo a sus características más cinéfilas, si secuencia a secuencia Fahrenheit se adaptara en carne y hueso en proyecto de largometraje, este no tendría nada que envidiar a las grandes superproducciones en cuestiones de enfoque, atmósfera y elaboración. La apertura, bajo una espesa nevada que casi se palpa en medio de la oscuridad de Nueva York, cuando la escena se centra en el homicidio que marca la escasa sinopsis que conocemos, su intercalado de escenas misteriosas es tan preciso y absorbente que resultará mucho más fácil meternos en el curso de la investigación.
Después, el hecho de que se divida nuestro control en pequeños episodios aislados en que vamos manejando a varios de los caracteres principales (concretamente 4 de ellos), aparte de dar más interés y añadir perspectivas, contribuye a la sensación de que estamos presenciando algo, libres de la implicación personal que tendríamos a centrarnos en el sólo protagonista.
No obstante, y a pesar de que cuando las decisiones son excesivamente ‘graves’ y ponen fin a nuestro posible progreso se nos permite repetir desde el último punto de guardado (que siempre está muy cercano), cada pequeña decisión influye a dos niveles, uno argumental (por más que el desenlace esté escrito), otro en el estado anímico de nuestro protagonista (representado en un gráfico en la parte derecha que se va alterando con la más pequeña de las acciones y que llegado a cierto punto nos hace repetir).
Inmersión total
Por esa puesta en escena tan marcadamente cinematográfica y la preocupación por crear una ambientación, los amantes de la ciencia ficción aún cuando no sean especialmente aficionados a videojuego podrían fácilmente implicarse en Fahrenheit, más cuando tiene algo de película interactiva y algún puzzle algo cargante. Si bien los rostros de los personajes –por cierto, muy similares a actores conocidos– no siempre que hablan y gesticulan lo hacen a la perfección, ellos y su entorno se relacionan con corrección, permitiendo incluso la aparición en escena ocasionalmente de varias ventanas en que se muestra planos añadidos, y que aumenta el dramatismo de ciertas secuencias, presionandonos a darnos prisa cuando lo que allí sucede es especialmente amenazador. La banda sonora con su ambientación de misterio y su surtido de ruidos de ciudad es posiblemente el apartado técnico que sale mejor parado. El añadido impagable de los doblajes en castellano hacen que en esta ocasión no tengamos que limitarnos a leer subtítulos si no que gozaremos con la aportación de dobladores profesionales que hacen más creíble la experiencia.
Todo lo descrito ayuda que de cara a volver a algunos de los aspectos más reconocibles de la aventura gráfica, el interés se haya recuperado como desde hace años se demandaba, y a pesar de que puntualmente el guión no se muestre del todo sólido (tan pronto un personaje puede decirnos que no recuerda en absoluto al sospechoso como que jamás lo olvidará...), le da un mayor aire de investigación y verismo a la historia.
Fahrenheit debe ser tenido en cuenta por dos lados, uno como película, otro como recuperación del género en base a elementos originales. En ambos la nota es muy elevada, y quien se hace con él sabiendo a qué se enfrenta, con ganas de vivir una historia paranormal en primera persona, no sale decepcionado.