Estamos con lo mismo de siempre con Konami y los PES: tiene las mismas “carencias” o falta de las novedades más demandadas por los usuarios pero sigue siendo el mejor juego de fútbol programado hasta la fecha. Igual que pasaba en el PES3 y en el PES4. Debe ser parte de la idiosincrasia de Konami, de nuestras ansias de perfección o un poco de las dos cosas juntas, pero un empujón más nos habría llenado.
La idea básica sobre este PES5 es que se han arreglado todas las imperfecciones que tenía el cuasi perfecto PES4 a nivel de IA, de gráficos y de edición, opciones y modos de juego, pero no se ha llegado a mejorar tanto como para dar ese salto que merece el apelativo de “nuevo juego”. Por eso el titular de PES5=PES4.3. El tema es que la eterna sospecha de que las productoras y programadores siempre se reservan las novedades gordas para futuras versiones siempre estará ahí. Es en cierta medida lógico, si sacaran el juego perfecto el primer año que sale la PS2, ¿qué venderían en las siguientes campañas navideñas?
El tema puede hacerse más flagrante en este quinto capítulo de la saga ya que se suma la inminente (un año como mucho…) salida al mercado de las consolas de nueva generación (PS3, Xbox360 –este mismo diciembre- y Revolution…) para las cuales se pegará el “pelot
azo” con el, esperemos, nuevo y flamante PES6.
Y después de repartir un poquito de “estopa” por parte de nuestras exigentes almas PESeras, pasemos a aclamar, con total sinceridad, las grandes virtudes que posee este PES5 y que lo convierten en el mejor juego de fútbol que podemos encontrar actualmente en cualquier plataforma de ocio electrónico. Y empezaremos por destacar la supresión de esos fallos que contenía su anterior versión: ralentizaciones en los gráficos (achacadas a que la PS2 ya había llegado a su límite de potencia…), errores recurrentes de IA en la colocación y movimiento de los jugadores durante los partidos e incluso la falta de mayor cantidad de equipos, jugadores y opciones a la hora de editarlos o de crear competiciones. Sinceramente ha quedado “niquelado” ya que ahora da gusto comprobar que las defensas centrales no salen disparadas hacia el corner en pleno ataque del oponente o sin tener que aguantar los tirones cada vez que nos acercábamos a cualquier área. Es cierto que siguen existiendo momentos desesperantes en que nuestros jugadores no reaccionarán en la forma debida para nuestra frustración, pero su aparición ahora es mínima.
En lo que más se nota el cambio es en dos aspectos. El primero se refiere a un aspecto muy demandado y que todavía no se había ofrecido en Ps2: partidas On-line. Además, y para compensar que el año pasado quedó sin tan importante opción, el inminente Pro Evolution de PSP (en tierras niponas ‘ubiquitous edition’) podrá compartir datos de liga con su hermana mayor. Si el modo de juego en red no es suficiente para que algunos se vayan a hacer cola a la tienda de la esquina, probablemente es que la idea no se ha entendido lo suficiente.
El segundo, y como ya viene siendo habitual en cada nueva versión, la evolución que tiene el tempo y el desarrollo del partido. Cada año nos sorprende más Konami con una IA que es capaz de desarrollar y hacer evolucionar hasta convertir un título de consola en casi un partido real. En este PES5 se acabó el pim-pam-pum consolero de dar dos pases hacia delante sin mirar y gol del delantero. El manejo en el centro del campo será lo que, como en los partidos reales, decantará el resultado final hacia uno u otro equipo. Ya no podremos coger el balón en el centro del campo y pasarnos a 7 contrincantes en slalom, ni si manejamos a Ronaldo.