Si dejamos agonizante a un enemigo, tendremos la oportunidad de finiquitarlo de cuatro maneras distintas, puñetazo en la cara, cabezazo en la frente, aplastarlo contra el suelo o romperle el cuello sin contemplaciones.
Mientras intentamos sobrevivir, continuaremos consiguiendo pruebas que nos lleven hasta el sospechoso, para lo cual disponemos de varias herramientas a lo C.S.I. Gracias al escáner buscaremos huellas, restos de sangre y otros elementos que podremos analizar posteriormente mandándolas al laboratorio. Esta parte del juego es muy gratificante, buscando pruebas e investigando escenas del crimen de lo más horribles, lamentablemente se ha limitado demasiado nuestra libertad, ya que solo usaremos estas herramientas cuando el juego lo requiera, sin poder activarlas en cualquier momento.
Gráficamente es sobrecogedor, unas texturas muy detalladas refuerzan la sensación de suciedad y abandono de los escenarios. La iluminación y el excelente trabajo realizado con las sombras y las fuentes de luz crean un ambiente opresivo y aterrador, acentuando con el haz de luz que emite nuestra linterna. Este aspecto también podría haberse mejorado ya que no todos los objetos emiten sombras cuando los iluminamos, lo que unido a ocasionales aunque muy escasas ralentizaciones forman algunos detalles con margen de mejora, pero conviene tener en cuenta el excelente resultado alcanzado para tratarse de un título de lanzamiento.
Como cualquier juego realizado para 360, Condemmed luce realmente bien en una TV convencional (Obligatorio cable RGB) pero adquiere su máximo esplendor conectado a una TV HDTV (LCD O PLASMA) o usando un monitor de PC, alcanzando una resolución y nitidez realmente impresionantes. El sonido es demasiado bueno para nuestra salud, pisadas, golpes tras nosotros, viento que golpea en las ventanas, gritos en la lejanía, todo esta pensado para asustarnos y mantenernos en tensión, algo que logran en todo momento ayudados por una banda sonora inquietante y perfecta para este juego. Recomendable 100x100 un equipo 5.1 para disfrutar (o sufrir) al máximo, aunque la experiencia con el estéreo convencional también resulta satisfactoria.