Más de 300 horas de juego, más de 250 localizaciones y una extensión geográfica equivalente a 30kms. Todo con compatibilidad total con las televisiones HD de última generación es lo que ofrece Elder Scrolls IV: Oblivion, a la venta desde el 24 de marzo. Su objetivo es claro, comenzar a sacar rendimiento a la próxima generación de consolas por medio de su única representante hasta la fecha, la X-box 360 (aunque también está disponible para soporte PC).
Concebido como un juego de rol, su argumento nos permite adentrarnos en un mundo vibrante y rico en detalles dentro de la saga de los Elder Scrolls. Una combinación de jugabilidad libre y gráficos de vocación innovadora nos colaca ante el reto de explorar su vasto mundo y buscar nuestros propios retos.
La historia nos habla del trono de Tamriel, vacante tras la misteriosa e inesperada muerte del emperador. Con el imperio a punto de derrumbarse, las puertas de Oblivion se abren y los demonios penetran en el imperio, arrasando con todo. Nuestro objetivo será encontrar al heredero y desvelar una conspiración que amenaza con destruir Tamriel.
Entre sus características principales, los creadores de Oblivion presumen de sus gráficos de "próxima generación" (con especial énfasis en las poblaciones y calabozos llenos de realismo así como "los bosques más reales jamás creados para un juego"), un sistema de magia y combate totalmente nuevo que lleva al juego en primera persona a nuevos niveles de intensidad, una IA brillante y numerosos personajes totalmente realistas (con más de mil y ricos en expresiones faciales, sincronización labial y diálogos completos). Además, su final queda abierto permitiendo que el usuario lo explore al ritmo que prefiera, y dejándole desafíos de más corta duración para amenizar su camino, como combatir con bandidos, elaborar pociones o crear artefactos mágicos entre otros.