La gente de Pyro Studios puede presumir de haber marcado un hito. Gracias a su buen hacer consiguieron que por primera vez un juego de manufactura patria no solo pudiera competir en igualdad de condiciones con las producciones norteamericanas y japonesas, sino incluso arrebatarles terreno con su éxito a nivel internacional. El triunfo de “Comandos: Behind the Enemy Lines” se vería continuado e incluso superado por el de sus dos secuelas – “Men of Courage” y “Destination: Berlin”-. La saga se habia convertido en una gallina de los huevos de oro y vistas las cifras de la última entrega la idea de una cuarta parte era algo más que una suposición. Finalmente llega ahora a nuestras manos, pero no como esperábamos.
Aspectos generales
“Quien arriesga, gana”. Este lema, perteneciente a las SAS británicas, parece ser el que -en sintonía con la temática militar del juego- han adoptado los chicos de Pyro para abordar la nueva entrega. Al igual que en los episodios anteriores la ambientación y objetivos siguen siendo las andanzas de un comando del ejercito aliado a lo largo de varias misiones destinadas a sabotear las operaciones del ejercito nazi. La diferencia es que en esta ocasión se ha cambiado de género, de manera que la estrategia de las tres entregas anteriores ha dejado paso a un shooter en primera persona al más puro estilo de la saga “Medal of Honor”.
A lo largo de catorce misiones que nos llevarán por diversos frentes de la IIª Guerra Mundial, manejaremos como ya es habitual a varios personajes, cada uno de ellos dotado de diferentes habilidades. Frente a los siete u ocho que integraban nuestra unidad en los títulos precedentes aquí nos meteremos en el pellejo de tres: un boina verde, un francotirador y un espía, cada uno dotado de una serie de ventajas y carencias respecto a los otros dos que el usuario deberá tener muy presente a la hora de encarar una misión, aunque en ciertas ocasiones se nos permitir alternar el uso de dos de ellos.
Existen dos elementos que diferencian a este Commandos del resto de los de su género. El primero de ellos es la gran libertad de la que podemos disfrutar a la hora de decidir como abordar el objetivo, pudiendo variar el orden y la forma de nuestras acciones así como la de las misiones secundarias que van surgiendo, si bien algunos deberán ser realizados a contrarreloj, lo cual implica que no podemos dormirnos en los laureles.