Más adelante, incluso, tendrás a tu disposición una base de operaciones donde todo tu equipo podrá descansar y hospedarse en sus distintas salas: un castillo que podremos modificar y ampliar conforme crezca el número de personajes reclutados. Allí podremos hablar con todos ellos, e incluso darnos un relajante baño. Un elemento que siempre ha estado presente en esta saga y que no es una excepción en esta entrega, tan atípica pero a la vez tan personal como siempre.
Combates aleatorios que no desquician
El sistema de batalla no ha evolucionado sobremanera, aunque sí que se le han refinado varios detalles. Sin contar los típicos ataques y objetos, se mantienen las runas para hacer magia y los golpes combinados entre miembros del grupo con afinidad. Se recupera la formación de seis personajes de anteriores entregas, y se han mejorado los duelos cara a cara, dotándoles de mayor velocidad.
Lo cierto es que los combates distan de ser repetitivos. Así como en otros conocidos RPG’s los combates aleatorios están al pie del cañón (en apenas pocos pasos), en Suikoden V no se producen de manera tan alarmante. Un respiro para el jugador en un título en el que la acción, y no podemos dejar de destacarlo, avanza MUY lentamente.
Prueba de ello son los escenarios del juego, desmesuradamente grandes, en los que apenas un par de localizaciones serán útiles a la hora de progresar en la trama. Se trata, eso sí, de entornos muy bien recreados que te sitúan en el ambiente del momento. Tan solo en ocasiones PS2 sufre alguna ralentización que no debería ocurrir. A pesar de ello, el apartado gráfico es simplemente funcionales. Alguna imagen más plagada de detalles que otra, pero la fotografia del juego (con la cámara fija) y su estética responden a la necesidad y la sencillez.
La banda sonora no elude tampoco esta norma y no sorprende demasiado respecto a anteriores Suikoden. Doblado al inglés (con algunas voces muy trabajadas y otras tantas que pasan desapercibidas), se encuentra traducido al castellano, aunque sin la calidad que debería respaldar a un juego de rol: los títulos en los que los diálogos cobran un papel tan importante deberían depurar más el lenguaje.
Pero incluso con estos defectos (la perfección es un mito), Suikoden V se revela como la entrega que resucita a una saga ávida de nuevas perspectivas. Quizá un remodelado completo restaría encanto a Suikoden: este solo es otro paso más hacia el título definitivo. La jubabilidad del presente ya nos lo demuestra: un sistema intuitivo, una historia bien hilada, con finales diferentes, y plagado de toques extra, minijuegos y entretenimiento.
La profundidad de su argumento, la experiencia de cuatro lanzamientos a sus espaldas, su longevidad y su toque carácterístico deberían convencer a cualquier aficionado a los juegos de rol. El selector de 60 herzios, la traducción al castellano y su bajo precio (26 euros) deberían hacer lo mismo con cualquier usuario de PS2.