Formados por un ejercito de más de cien mil en todo Japón, las actividades de los Yakuza engloban todo tipo de negocios sucios, la extorsión, el lavado de dinero o el tráfico de armas entre otras cosas. Nuestro protagonista Kazuma es venerado por sus amigos y respetado por sus enemigos. Conocido por su eficacia, honor y sentido del deber, a Kazuma se le conoce como el “Dragón de la familia Dojima”, y es el hombre que se suele encargar de los asuntos más importantes para los jefes del clan.
Al comenzar la partida contemplaremos a Kazuma madurando la idea de formar su propia familia dentro de los Yakuza. Sus métodos son algo diferentes y tiende a evitar los actos de extrema violencia cuando trabaja. Pero un desgraciado asesinato cometido por un amigo viene a recaer sobre sus espaldas, por lo que todo cambia para él, un hombre de honor que no duda en pagar durante diez años en prisión la pena por un crimen que no ha cometido.
Al salir de la cárcel todo es diferente, luchas internas entre las familias, lealtades que han cambiado de bando y el robo de importantes fondos de dinero han convertido la ciudad en un lugar muy peligroso hasta para un hombre como Kazuma.
El juego
Yakuza venía precedido de una aureola de buenas críticas e impresiones categóricas al respecto de las primeras versiones presentadas. Tanto que algunos han llegado a llamarlo “el nuevo Shenmue” meses antes de que saliera al mercado. Ya con el título en nuestras manos y tras varias horas de juego no creemos realmente que este sea un nuevo Shenmue, pero tampoco creemos que esa fuera la intención de sus creadores. Tiene destellos similares, como son el ambiente de ciudad y deambular por las calles en busca de nuestros objetivos, pero también tiene algo del estilo GTA, junto a detalles que le dan su propia personalidad.
El título centra gran parte de su potencial en el combate cuerpo a cuerpo ya que vamos a pasar mucho tiempo usando las letales habilidades de Kazuma con las artes marciales. Disfrutaremos de un argumento muy cuidado, con muchos personajes importantes y secundarios que completan una interesante historia que Kazuma quiere resolver hasta el final.
Llegar a resolver esta complicada situación nos obligará a desplazarnos constantemente, visitando la mayor parte del tiempo todo tipo de garitos, y locales y edificios controlados por los Yakuza. Las acusaciones que llevaron a Kazuma a la cárcel han provocado que la mayoría de sus matones tengan un comportamiento completamente hostil hacia nosotros, lo que provocará constantes situaciones de tensión. En el minimaza siempre podremos conocer nuestro siguiente objetivo, lo que quizá le quita algo de libertad o exploración, pero también parece ser un detalle creado a propósito para que el jugador se centre más en la historia.